10 de enero de 2013

MITOS Y LEYENDAS SOBRE LOS BEBÉS O ¡QUE VIVA LA SABIDURÍA POPULAR II!

Aquí vamos con la segunda entrega sobre mitos y leyendas, esta vez sobre los bebés, que circulan de boca en boca, pasan de generación en generación, y son, como poco... absurdas hasta decir bastante.

Lee y elige la que más te guste, pero por favor... ¡No te creas ninguna!:

1. "Los bebés saben nadar por instinto". Ajá. ¿Por instinto... básico? Porque claro, resulta que los humanos no venimos del mono como dijo un tal Darwin, no... ¡Somos descendientes directos del mero! Es más, con suerte, a los más agraciados ya nos pilló la rama del "pez payaso", y al menos somos más "resalaos", que los que venís del mero, además de feos no tenéis ni pizca de gracia, oye. Eso sí, por lo que se ve, feos o guapos, todos nacimos sabiendo nadar, pero luego, como también nos tocan algunos genes lejanos (sí, como los tacones de M. Bosé) de la familia crustácea, pues se ve que fuimos para atrás como los cangrejos, y se nos olvidó.

2. "Llorar ensancha los pulmones". Esta frase... mmm... Pero ¡vamos a ver! ¡Un poquito de por favor! ¿Quién fue la brillante cabeza pensante que se inventó esta teoría tan "llorar es a ensanchar como macarrones es a pipi de perro"? Porque vamos, si esto es así, hay una lista de acciones con consecuencias directas tales que... mejor evitarlas.
     - Sonarse ensancha la nariz: con un par de constipados por temporada, en pocos añitos pasaríamos de ser personas a ser patrimonio de la humanidad por tener las Cuevas de Altamira acopladas en la cara.
    - Soplar ensancha los carrillos: en nuestro tercer cumpleaños, y gracias a tener que soplar las velitas, nuestros mofletes no serían mofletes sino globos aerostáticos, y nos ahorraríamos así mucho en gasolina porque llevaríamos el transporte incorporado.
    - Escuchar agranda las orejas: Entre lo cotillas que somos en general, y que ya en la panchita en la que flotamos durante nueve meses podemos escuchar los sonidos que nos rodean... ¡pues no iba a tener competencia Dumbo ni nada!
Pues así un largo etcétera, señores.

3. "Cuanto antes les salgan los dientes, más inteligentes serán". Claro, y cuanto antes se fumen un par de porros y se hagan "rastas" en el pelo, antes los nombrarán "Nobel de la Paz"... No comment!!

4. "Al nacer aún no ven". De hecho, los médicos se plantean hacer un estudio sobre el eslabón perdido entre los bebés humanos y los topos. ¡Ah! Y otro sobre los milagros y el agua del grifo, porque se empieza a extender el pensamiento de que gracias a los baños que se les da a los bebés, empezando por ese mítico baño en la pila del lavabo del hospital, el que le hace la matrona como si el baby fuera un conejillo, sus ojos cobran vida.

5. "No se les debe cortar las uñas los primeros meses". Y así, en vez de bebés, tendremos versiones en miniatura de Eduardo Manostijeras o Freddy Krueger y será como vivir dentro de la gran pantalla. ¿Pero esto iba en serio? ¡Uy! Pues yo ya se las corté hace tiempo a Pollito, y él me mira agradecido con ojos de "gracias, mamá, así no llevo la cara como si hubiera estado peleando con un gato". No sé si habré hecho bien... :P

6. "Cortarles el pelo a menudo lo vuelve más fuerte". Aquí se han "liao", porque ése era Sansón, y encima la historia era todo lo contrario: cuando le cortaban el pelo, el pobre no servía ni para untar mantequilla. Además, mi Pichu tiene el pelo más fino que la seda y, como toda madre primeriza, con ella SÍ hice caso de este mito, se lo corté (de más mayorcita, eos sí, porque de bebé... directamente no tenía) en espera de tener por hija a Rapunzel... ¡Y nada! Mi hija en vez de coletas sigue pareciendo que lleva "pirris".

7. "Puedes hacer que un bebé duerma toda la noche si le das alimentos sólidos pronto". ¿Pero que gili...z es ésta? O sea, ¿que si le doy a Pollito un bocata de chorizo en tacos no se despierta hasta las 10 de la mañana? Ya... Y eso ¿por qué? Pues porque se va a pasar toda la noche intentando averiguar porqué la zopenca de su madre le ha dado esa barra, y qué es lo que pretende que haga con ella... ¿Pegarle un mamporro nada más asome la cabeza por la cuna? No sería para menos... ¡Anda! Ahora ya entiendo lo de las abuelas y sus manías por dar sólidos a niet@s sin dientes! 


8. "Un bebé que puede salirse de su cuna está listo para dormir en una cama". No. A ver. Un bebé que puede salirse de su cuna lo que está es listo para pergarse un "pifostio" de tres pares de narices. Ahora, que si tú, después del leñazo, además quieres que se la vuelva a dar, pásalo a la cama. Y ya nos cuentas, si eso...

Bueno, pues la lista de leyendas sobre infantes es interminable. Pero, hablando de camas y caídas, yo me caigo de sueño. Así que ¡buenas noches a tod@s!.

¡Ah! os pongo deberes: que preguntéis a las viejas glorias de vuestro entorno sobre la sabiduría popular y nuestr@s retoñ@s. 
En serio, hacedlo. Improvisad un micro y lanzaros al "mercao" o a la frutería del barrio, y preguntad... Pero, eso sí, ¡NO OS CREÁIS NADA! Que para eso... ¡ya estoy yo!

CON M DE MAMÁ

2 comentarios:

  1. Según me dijo una abuelita cuando me vio con el bebé de menos de una semana por la calle es que en sus tiempos los niños no se sacaban de paseo hasta el bautizo y, por supuesto, tampoco la madre. Pobrecicos, recién nacidos y ya se pasaban por lo menos un mes de arresto domiciliario. :D

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    1. ¡Jajajaja!
      Menos mal que los tiempos cambian... Yo llevo dos días de "arresto domiciliario" obligado y estoy que me subo por las paredes... ¡Y mis pitufos más!
      Lo mejor es que seguro que la abuelita en cuestión pensaría "hay que ver estas madres modernas de ahora...".
      ¡Jajajaja!

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