27 de noviembre de 2012

DE MADRES, SUEGRAS Y OTRAS ESPECIES...

Sí. En esta ocasión la entrada se la han ganado a pulso. 

Porque en el momento en que tú pasas a ser "madre y futura (futurísima, de lejos que queda) suegra de alguien", su mundo cambia (el de las madres-suegras, digo), su mundo ya no es el mismo, su mundo... GIRA ALREDEDOR DE TU TETA.

Ah, sí. Tal cual lo lees. 

Tu teta, o si hablamos con propiedad, ambas dos, han dejado de tener vida privada. De hecho, ahora son "de dominio público". Y lo peor es que tú ni siquiera tienes la opción de elegir "la configuración de privacidad" como en el facebook. Noooo... Eso en tu caso es imposible, y aún si fuera posible, sería inútil, porque las suegras-madres son como los peores "hackers" en lo que a tus tetas se refiere.

Y si pido testimonio a "mamás del momento", seguro que 15 de cada 10 (no, no me he equivocado, son estadísticas reales) confirman lo que digo. Porque ése es el único consuelo que te queda, saber que no estás sola (cosa que, en realidad, a ti te la trufa, porque las tetas del resto te dan absolutamente igual). Saber que mientras tu suegra-madre está a dos centímetros de tu teta, vigilando que tu hijo come, hay más suegra-madres cuyo máximo entretenimiento es casi saberse de memoria las dimensiones exactas de las tetas de otras madres lecheras, te la repanpinfla. 

No exagero. Yo es que estoy convencida de que es así, de que tienen estudiado hasta el radio de circunferencia de la teta (si hablamos de una teta en condiciones, porque si se trata de una teta colgandera, la cosa ya no iría sólo de radios, pues sería más parecida a un... ¿cilindro?). Sí, en serio, que cuando te dan el carné de "madre-suegra mayor de... años" te hacen un curso acelerado en el que, entre otras cosas, te enseñan  a calcular cuanta leche está tomando tu niet@ en función de la forma, tamaño, color y textura de la teta de tu hija-nuera, y sobre todo en función del grado de "unión / simpatía" que tienes con la susodicha vaca lechera.

Lo mejor, si queréis que sea sincera no es tener la sensación de que mientras tu retoñ@ toma leche, tu suegra-madre también, porque de cerca que está parece que así sea. No. Lo "mejo-peor" es cuando llega el momento debate. Sí, sí, el debate en el que tú, por supuestísimo, no participas, aunque eres oyente y además "objeto" del mismo. Ese debate en el que, la suegra-madre, piensa en voz alta (o hace como que piensa, pero en realidad lo hace en voz alta para que te llegue el mensaje) y lo que dice, no es ... alentador. Porque digo yo que, si se trata de procurar el bien de su niet@, lo normal sería empezar por el bien de la madre de la criatura. Y comentarios del tipo "parece que no está tomando", "¿que la mamá no te da lechita? ¡ay, qué mala es la mamá?", "¿habrá tomado bastante?", "está llorando, tiene más hambre, como no saca bastante leche...", "¿esos ruiditos los hace porque se queja?" (que te dan tremendas ganas de contestar "No, son pedos; es un mecanismo de defensa para que no haya nadie en un metro a la redonda. Vamos, para que nos dejéis en paz". Eso sí, lo dirías con cariño y con tu mejor sonrisa "hija-nueril").


El caso es que mientras la escenita se repite en cada visita madre-suegril, llegas a la conclusión de varias cosas:


1. La empatía la perdemos con los años, fijo. Eso quien la haya tenido alguna vez, claro.

2. Lo que tú haces cada vez que esta escena se repite es un máster de los caros en paciencia y autoestima. En paciencia, es obvio porqué. Y en autoestima porque, o haces grandes esfuerzos o acabas hecha un trapo con tanta "positividad" flotando en el ambiente.
3. Este ritual es parte de la tradición "maternal" oral, y así, pasa de suegras-madres a hijas, siglo tras siglo. Pues vaya m...ierda. Sinceramente... ¿qué parte del ritual es de tanto valor como para que no se pierda para siempre? Menos mal que con el segundo retoño ni oyes ni ves, directamente pasas.
4. Cuando nos hacemos mayores nos aburrimos mucho. Muchísimo. No, muchísisisismo. Porque ya son ganas de pasar una tarde de lo más... amena mirando tetas y disertando sobre ellas, que jamás imaginé que pudiera dar tanto tanto de sí la anatomía, oye. 
5. Con la edad se nos olvida todo. ¡Horror! Eso quiere decir... ¡que yo también sabré calcular radios de tetas, mililitros por centímetro cúbico, cantidad de leche que mis niet@s "no" estarán tomando...! 
6. En cuanto mi hija-nuera me diga que está en estado de buena esperanza... Me cambiaré de sexo. O emigraré hasta que mis niet@s pasen  la temporada tetil...

Claro, que una vez pasa la temporada tetil... empieza otra aún más dura: ¡¡la etapa en la que las madre-suegras se empeñan en embutir a tu retoño a base de rosquilletas, cuando la criatura aún no tiene dientes!! Pero les puede más la ilusión de verlos comerse un plato de paella con 5 meses que evitar que se atraganten... 


Y tú, durante otro tiempito, sigues viviendo al borde del infarto, porque a la que te das la vuelta tu pituf@ tiene en una mano un puro y en la otra un coñac, mientras tu madre-suegra va diciendo "es que ahora los criáis con mucha contemplación. En mis tiempos...". 


Y tú piensas " y lo peor de todo es que ni cambiándome de sexo podré evitar lo inevitable: he nacido para ser madre-suegra". Y te pones a llorar. Pero de la risa. Y el padre de tus criaturas te mira mientras se dice a sí mismo: "Se le ha ido... La estamos perdiendo".

CON M DE MAMÁ

6 comentarios:

  1. Una vez más, qué razón tienes! Pero puede ser peor cuando, por primera vez llegas a casa con tu pequeñín y, tras haber tenido la maginifica idea de invitar a tus suegros y padre a comer nada mas salir del hospital, el mundo se para y empieza la juerga alrededor de las tetitas de aquí la que te comenta.
    Y no son simples comentarios y mirada a lo microscopio es... El sumun de la participación en tan mágico momento ( especialmente cuando tu hijo lleva 8 Dias en la incubadora y es, realmente, la primera vez que lo puedes amamantar en circunstancias normales, sin una bata verde y pantunflas desechables) pues tu suegra decide COGERTE el pecho y mover la cabecita de tu bebido para que se coja como debe ser y tu padre, en ese ataque de inmortalizar cada segundo de tan importante día, decide que meter la cámara entre tu anonadada mirada, las manos de tu suegra, tu pezón y tu bebé llorón no es tan mala idea...
    El sillón? Para tirar! Leche, sudor y lagrimas por todas partes!!!
    Eso si, Noni, no lo voy a tirar aún... Me espero a que me lo llenen de migas de rosquilletas y granitos de paella!!!
    Te quiero super mami!!
    Hel-sis!!

    ResponderEliminar
  2. ¡¡¡¡jajaja!!!!
    Sabía que no estaba sola...
    Tranquila, como digo, con el segundo churumbel pasas del mundo y te salen rayos de criptonita de los ojos. Así que se acercan, pero notas que algo menos. Esta vez el cursillo lo hacen modalidad "a distancia-semipresencial". :P
    ¡¡Te quiero madraza!!

    ResponderEliminar
  3. ¡Ah!
    Y no olvidemos tampoco los muchos momentos "achuche de moflete" mientras se le dicen cositas al bebito que chupa... Que tú miras con incredulidad mientras piensas "ahora cuando nos sentemos a comer, vais a flipar, porque pienso pasarme por cada uno de vosotros, apretaros los carrillos mientras masticáis e intentáis tragar sin ahogaros, y deciros lo bien que os sienta el súeter con borlas y esa cara pandereta que os toco el día del reparto"
    ;)

    ResponderEliminar
  4. Qué bien lo explicas, Noni!
    Aún sigo maravillándome de lo sabia que es la naturaleza, que me mandó a los mellizos cuando ya tenía la experiencia suficiente para ponerme el mundo por montera y dejar plantados a los invitados para amamantar YO SOLA en la habitación.

    ResponderEliminar
  5. Esto es un llamamiento a todas las madres;
    Tras corroborar toda la info aquí compartida y,aunque en mi caso ya pasé por ésta experiencia hace unos años, pero veo que sí creo un profundo desasosiego en mí,tal relato me ha erizado el vello a la par que me ha hecho destornillarme recordando que es así tal cuál se expresa aquí!!!!!todas las mujeres tenenmos en una fase determinada de nuestro crecimiento, no sé que maldita gracia de meternos donde no nos llaman en los momentos más hermosos y delicados de "nuestros primeros encuentros con la vida"...me has hecho recordar como si hoy fuera cuando se juzgaba si me los amorraba bien o no a mis fuentes, si salía buena leche, y cuál debía ser mi postura y la de mi bebé...suerte que al nacer Carles ya me resbalaba todas las opiniones.Y desde hoy digo y si no lo cumplo me dareis un cachete,por favorrrrr,...que paso de ser madresuegra a ser mujersabia y tener la valentía de decirles a mis niñas el día que me toque....aquí me teneis para lo que necesiteis, pero en aquello que surja entre vuestras tetas y vuestros retoños, paso...éso es cosa vuestra y sólo vuestra, allá cadacual con su instinto...pq vaya que sí es cierto que al final entre tanta opinión una se vuelve loca comprobando todo aquello que se comenta; no sacará nada, se queda con hambre, tiene gases, ..Y doy gracias a DIOS pq ahora entiendo cuan sabio es al no permitir que recordemos ciertos momentos de nuestro pasado, pq podría dañarnos seriamente, éso seguro. Un superabrazo de cuñadamiga

    ResponderEliminar
  6. Por mas que queramos las madres y suegras siempre van a saber mas que nosotros (segun ellas) de lo que necesitan nuestros hijos, del tiempo que deben tomar tema, lo que deben comer como y mucho mas. El problema es esa falta de empatia que muestran ante nuestra capacidad de ser madres.

    ResponderEliminar

Estaré encantada de que opines, te expreses, me cuentes cosas y, en definitiva, de que nos comuniquemos ;) ¿Te animas a hacerlo?