CON EXTRACTOS DE ¿SEDA MARINA?

Lo peor es que por un momento te piensas que de verdad acabas de ponerte en el pelo lo mismo que usa La Sirenita... Hasta que una de las neuronas que no se ocupa de tus retoños (porque ha desertado, porque está agotada de hacer de canguro y porque, en el fondo, toda la vida ha sido una rebelde) hace conexión con el nervio correcto y "ves la luz". 

Pero lo mejor será que empiece por el principio, que si no, os liáis y no hay manera.

Esta mañana, después de que la mitad de la familia se marchara (o sea, mi peque mayor y el padre de las criaturas), en un momento de estos de "mami, no sé si dormirme o no..." del pollito, he enchufado el secador, lo he dejado en el suelo con el aire frío modo "on" y me he metido en la ducha. 

No, no se me ha ido aún la cabeza (del todo), es que es eso lo que he hecho. Pero eso es otra historia que ya os contaré otro día. 

El caso es que, después de una ducha veloz de estas en las que el agua casi ni toca el suelo porque o vuelas o sales enjabonada a por el pollito llorón, pues he decidido "currarme" un poquito el pelo y parecer hasta mona.

Me he puesto algo de espuma de una marca que no suelo usar pero que compré  para llevarme al hospital porque era el bote más pequeño que encontré. Me he secado el pelo y... me ha quedado ideal. Lo siento, pero no voy a tirarme piedras sin motivo, es que es verdad que me ha quedado monísimo.

Y en uno de los minisegundos que he dedicado a  contemplar mi obra de arte me he percatado de que mi pelo "brillaba". Os lo juro. No brillaba en plan purpurina, ni tampoco en plan luz de luna o aura celestial. Brillaba en plan "ideal". Y en el siguiente minisegundo que he tenido (porque cuando eres mamá tus segundos son más cortos que los del resto de humanos. Oye, en serio, hay un reciente estudio de un empollón de la UPV que lo demuestra. Te lo puedes creer o no, cada uno según su conveniencia) mis ojos se han fijado en el botecito de espuma y han leído "con extractos de seda marina". 

En seguida he pensado "¡ya está claro! ¡qué caña! ¡por eso me brilla el pelo!"

Gracias al Universo que la neurona rebelde, la tránsfuga, estaba alerta y ha saltado en seguida como una gata en celo gritándome (¿qué pasa? mis neuronas gritan cuando se enfadan) "¿pero tu eres gili o es que te has reencarnado en la Sirenita? ¿Seda marina? ¡Venga yaaaaa!" Y, a parte de sentirme algo idiota, he reaccionado más bien rapidito y he pensado que mi neurona tenía razón.

Porque vamos a ver... Después de esto, me surgen varias dudas, entre ellas el porqué de mi pelo brillante.

1. ¿Existe la seda marina? Y si es así...

2. ¿Qué aspecto tiene? 

3. ¿Está en todos los mares del mundo mundial?

4. ¿La fabrican gusanos marinos? Pues si es así, ¡menudo ascazo! Porque si los gusanos de seda de normal ya dan repelús... Los marinos serán gusanos de seda de piel babosilla... ¡puaj! 

5. ¿Y quién es el guapo que baja a las profundidades marinas a coger los "entrañables" bichitos?

6. ¿A qué más se dedica el "pescagusanosmarinos"? Porque con lo barateja que es la espuma dichosa, dudo que le dé para pan...

Resumiendo: QUE NO CUELA. 

Y lo peorcito es que yo al leerlo... Nada, nada... Tampoco me lo he llegado a creer, ¿eh? Sólo he barajado la hipótesis. 

Porque si lo ponen digo yo que será por algo... ¿No? Además mi pelo brillaba... 

¡Eso es! ¡BRILLABA COMO LA SEDA!

Y digo "brillaba" porque después del escupitajo de lechita que mi pollito llorón ha soltado sobre mi melena... Ya no brilla más. Ahora se parece más a la piel de un gusano de seda. Eso sí, ¡marino!

CON M DE MAMÁ