20 de enero de 2017

El ser (in)humano

Los adultos somos harto complicados. Pretendemos que las generaciones que nos vienen por detrás arreglen el mundo y criticamos lo desastroso de sus maneras.
¿Hola?
Perdonad pero no podemos ser tan cínicos. Queremos que los que están aprendiendo sobre la vida se saquen un máster en "Arreglos de lo imposible", y sin embargo nosotros continuamos destrozando absolutamente todo, empezando por la cualidad que peor nos describe: (ser) humano.
Según el diccionario de la RAE:
"HUMANO (adjetivo): Comprensivo, sensible a los infortunios ajenos."
Pues vamos listos cuando el calificativo que nos han puesto es el que menos cumplimos.
Y no hace falta mirar a lo lejos para entenderlo porque, por triste que parezca, en nuestro entorno más cercano y con bastante frecuencia, somos testigos de faltas de respeto y de la necesidad de ciertas personas de apagar al de al lado para poder brillar con luz propia. Mientras, se nos llena la boca pidiéndoles a los más pequeños y a los adolescentes, en plena etapa de crecimiento y rebeldía, que respeten, que SE respeten, que solucionen los conflictos dialogando, o mejor: ¡que no tengan conflictos!, que empaticen, que no chafen al de al lado para brillar, que sean sinceros, que sean sinceros consigo mismos, que aprendan a valorar al de delante pero antes a ellos mismos, que sean valientes y defiendan sus ideales sin la necesidad de destrozar las ideas de otros, que escuchen, que abran su mente, que tengan interés por aprender y por aprender a aprender, que sean sensibles, que no hagan daño...
Pues ¡olé! por todos esos adultos que piden actitudes y valores que ni ellos mismos son capaces de adoptar y hacer suyos. Porque, como alguien sabio dijo alguna vez (y seguro que fue un niño): NO ES LO MISMO PREDICAR QUE DAR EJEMPLO.
Y mientras... Sigamos siendo (IN)HUMANIDAD.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Estaré encantada de que opines, te expreses, me cuentes cosas y, en definitiva, de que nos comuniquemos ;) ¿Te animas a hacerlo?