5 de marzo de 2016

Quiero ser MADRE.

Quien no me conoce o quien me conoce más bien poco puede pensar que soy una madre extra entregada. Una madre que antepone a sus hijos a todo lo demás. Quizás, quien así lo ve piensa que debería desprenderme más o concentrarme más en mí y esas cosas que ahora están tan de moda.
Quien me conoce apenas, aunque crea saber mucho de mí, ni se imagina que si dedico grandísima parte de mi vida a mis hijos es porque yo no tuve a mi madre conmigo siempre que la necesité porque se fue demasiado pronto, porque el tiempo me ha dejado sólo algunos recuerdos que no son los que el corazón necesita cuando hace frío y busca calor. Y porque, aunque la vida quiso ponerme una madre durante gran parte de mi infancia, adolescencia y comienzo de edad adulta, las circunstancias, y mi propia elección de vida, también se han encargado de que ese lazo ya no exista.
Si mis hijos están enfermos quiero que tengan mi calor junto a su cuerpecito. Si están tristes quiero que cuenten con mi apoyo. Si no han tenido el día fácil o la noche los despierta para recordárselo quiero que me encuentren cuando vuelan a mi cama.
Quien me conoce poco pero me mira con mirada de saber mucho no entenderá que yo deje lo planeado cuando mi hija llega del colegio con fiebre, o cuando mi hijo lleva toda la tarde con asma.
Quizás, sólo quizás, puedan pensar que gestiono mal mi tiempo, que me quemaré antes, que los niños se acostumbrarán a tenerme cuando quieran y siempre.
Y ¿sabéis qué? Que eso es justo lo que quiero. Que mis hijos sepan que me tendrán siempre, siempre que me necesiten, siempre que necesiten un abrazo calentito, siempre que lleguen a casa con una decepción, siempre que empiecen una nueva historia de amor y hayan superado su primer desengaño, siempre que discutan con su mejor amigo, siempre que el examen les salga peor de lo esperado, siempre que consigan la beca que tanto anhelaban, siempre que logren eso que tanto perseguían, cuando anuncien que se independizan, cuando digan que van a ser papás, cuando inicien su vida en pareja o en comuna, cuando se vayan a la otra punta del universo... En resumen, siempre que necesiten una MADRE, con todo lo que esta enorme palabra significa e implica: amor, dedicación y tiempo, todo el tiempo del mundo.
Quien me conoce a fondo sabe que no me gusta la compasión. Tampoco la necesito. Hablo de mi vida con naturalidad porque creo que la vida es así y punto. Todos tenemos nuestra particular batalla con ella y elegimos lucharla o quedarnos quietos.
Yo intento ser la madre que creo que mis hijos necesitan, ni mejor ni peor que ninguna, con mis ratos para mí sola y mis ratos para ellos, que suelen ser muchos más. Con mis mil errores y unos cuantos aciertos. Esa madre que se pone a cantar y bailar como una loca festivalera sólo por verlos reír. Esa madre que llora a ratos porque es humana y se cansa. Sólo intento ser esa madre cuya sonrisa les reconforta y les hace olvidar todos sus males y les hace pensar que todo va a estar bien. Porque, en definitiva, lo que yo quiero es... ser MADRE.

CON M DE... MAMÁ

5 comentarios:

  1. Eres una madre estupenda y tus hijos lo saben y has tomado la mejor decisión, un besazo

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  2. Yo soy de los que piensa algo diferente a ti, lo que no quita que seas la mejor madre.
    Para mí un@ tiene que estar lo mejor posible para que sus hij@s le disfruten y le tengan en perfectas condiciones. Una desconexión a tiempo puede ayudar a estar más fuerte, tranquil@, limpi@ de cargas externas (sobre todo si se tienen trabajos con carga psicológica) y teniendo claro que se quedan en las mejores manos. En mi opinión, con medida todo es bueno. Los extremos suelen ser malos.

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    1. Yo no soy de extremos, pero en este caso creo, con todos mis respetos, que un hombre puede entender poco mi posición. Yo me tomo mis ratos, mi tiempo con amigas, mis momentos para escribir. Cuando mis hijos sean menos dependientes, todos esos momentos para mí serán muchos más. Cada uno actúa según lo vivido. Obviamente, si estamos fuertes atendemos mejor a los nuestros. Pero no todo son ratos libres para mejorar la salud, el apoyo y la comprensión de quien tienes al lado y no ha vivido tu vida es importante también para avanzar.
      De todas formas, insisto, en este caso hombres y mujeres no podemos compartir visión de algo tan íntimo como lo que significa "ser madre", ni tampoco de lo que implica "ser padre", ya que cada uno de nosotros actuaremos según nuestra naturaleza y nuestro instinto.
      Gracias por leer y por tu opinión. Un abrazo.

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  3. Hola noni! Una vez más, me siento identificada contigo y con lo que sientes. En nuestra casa, todo lo que hacemos es con nuestra hija y por ella y aunque recibimos bastantes críticas del resto de nuestra familia, nosotros somos felices así. En este momento, el único tiempo que necesitamos para nosotros mismos, es para estudiar y también lo estamos haciendo para disfrutar más tiempo con ella y poder darle más cosas. Y aunque a veces es duro que te diga que nunca juegas con ella porque necesitas ese tiempo y para ella no es suficiente que juegues sólo un rato y te sientes la peor madre del mundo...luego, el viernes, le estaba contando un cuento del ratoncito Pérez que le compre, un ratoncito que es mágico y sólo puede entrar en las casas donde los que viven en ella se quieren mucho y mi hija me dijo:"mamá, aquí si que vendrá el ratoncito Pérez porque en esta casa hay mucho amor"...y entonces mi corazón de madre se llena de felicidad porque estoy consiguiendo justo lo que quería.
    Lo poco que os conozco, para mi, sois un ejemplo de padres a seguir. ¡Enhorabuena!

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