2 de marzo de 2015

Paco y el fantasma de las Navidades pasadas

Paco está nervioso; bueno, más que nervioso, está hasta los anacardos. El domingo es el cumpleaños de la Sole y ya está otra vez con la dichosa búsqueda del tesoro: su tesoooooro. ¡Con lo fáciles que son los hombres para regalar y le toca una mujer!
- Haber elegido muerte... - Le dice la vocecilla de su conciencia.
Paco lleva dos días dándole vueltas al temita. Tiene la certeza de que sea lo que sea, la va a liar parda con el presente.
Lo que le ocurre a Paco es que se le junta que no entiende de regalos finos de esos que a la Sole le harían ilusión, y que mucha emoción lo de ir de tiendas tampoco le hace. Salió tan escaldado de sus últimas compras con la mediana que tiene pavor a que se repita la escenita.
Como Paco es un hombre de recursos, cosa que no hemos dudado ni un segundo, lleva dos días inflando a preguntas a la parienta, de estas preguntas que él cree que no se notan pero que, en el fondo, son un cartel luminoso de neón. Vamos, que la Sole sabe que su Paco anda más perdido que un pulpo en un garaje.
- ¿Qué era eso que decías que tenía tu prima y que te gustaba tanto?
- ¿Mi prima? - Como Sole no se lo quiere poner nada fácil, contesta sin piedad porque ya está cansada de que siempre ocurra lo mismo. - Pues... Ah, sí, un marido con ideas, y con dinero para hacerlas realidad.
¡Zas, en toda la boca! Paco ha perdido su tercer round y se retira del ring.
El pobre está bastante histérico y cada vez tiene menos tiempo para averiguar, por eso le ha dicho a la Sole que hoy no le espere a comer, que tiene que arreglar unos asuntos.
La primera parada es en la relojería del barrio. Allí tienen cosas finas y bonitas de las que siempre anda pidiendo Sole; así que se amorra al escaparate y al segundo empieza a sentirse mareado. Entre tanto brilli brilli, tanto cero junto y tanto foco alumbrando, Paco se ha tenido que sentar en la acera.
- ¡Madre del Universo entero! ¿Pero esta mujer de qué cree que trabajo? ¿De contrabandista de marfil? - El sudor frío aún le dura.
Así que... Opción joyas anulada.
La siguiente parada, casualidades de la vida, es en la ferretería.
- ¡Esto sí! Esto ya es otra cosa. Precios razonables, cosas útiles...
Paco entra decidido a este lugar de culto de todo "Paco" que se precie. Mientras mira embelesado las pistolas de silicona, escucha un susurro grave que le pone los pelos de punta y la espalda tensa.
- Holaaaaaa Pacooooo...
Paco se lleva la mano al corazón. Está convencido de que se le ha parado. Se gira muy lentamente, cagadito de miedo. ¿Qué leñes le ocurre? ¡Si él siempre fue el gallito que organizaba las tundas de güija!
Allí, a su izquierda, tiene lo que parece un ser con capa y capucha negras al que no se le ve la cara. Coñe, al menos la otra loca de capucha y varita tenía cara de abuelita bonachona, pero esto es digno de peli de terror.
- Soy EL FANTASMAAAAA DE LAS NAVIDADEEEEES PASADAAAAAS...
Acto seguido Paco se empieza a partir de risa. De risa nerviosa, de risa a la que le acompañan unas lagrimitas y un retortijón que le hace volar al mostrador y pedir la llave del baño.
- ¡HOSTIEN YA CON LA PANDA DE DESEQUILIBRADOS QUE HAN SOLTADO POR LA CIUDAD! ¡No sé quién está detrás de todo esto pero se va a enterar! ¡SE VA A ENTERAR!
- Pacoooo... No griteeeees... Estoy aquiiiií...
Y ahí está, esa cosa que parece un humano sin pies y que no tiene cara, sujetándole el rollo de papel del wc y tapándose con la mano parte del hueco de la cara.
- Acabaaa Pacooo, que tenemoooos que hablaaaar. Y soyyyy de vómitoooo faaaácil...
¿En serio? ¿En serio está ahí la vieja de la guadaña dándole papel del culo? ¿En serio va a vomitarle encima "ESO"?
Paco se viste volando. Ya no sabe ni lo que hace. Sale corriendo, con el rollo de papel enganchado al trasero, con cara de susto tremendo y se esconde entre las sartenes.
- ¿Una sarteeén? ¿UNA SARTEEEÉN? Miraaaa Pacooooo, si te mueveees no respondoooooo. Ahoraaaa me vas a escuchaaaar.
Paco ni por asomo se mueve, vamos, como que se le ha enganchado el jersey de lana que le tejió su suegra en uno de los ganchos donde cuelgan sartenes y si se mueve tira toda la fila.
(- ¡Sabía que este suéter estaba maldito, mierdeeeen! ¡Cuando salga lo quemo!)
- ¿QUIÉN ANACARDOS ERES LOCA ENCAPUCHADA?
- Soyyyyy el fantaaaasma de las Navidadeees Pasadaaaas... Va a ser verdaaaad lo que dice la Soleeeeee...
- ¿La Sole? ¿QUÉ DICES DE LA SOLE?
- La Sole es una santaaaa Pacoooo, y cree que estás sordoooo de remateeee. Y lo estaaaás...
- ¡EN CUANTO SUELTE EL PUÑETERO JERSEY DEL GANCHO TE LA VOY A MONTAR!
- Calmaaaaaa amigoooo... Si rompeeees el jerseeey por brutooooo la que te la monta es tu suegraaaaa. Escúchameeee de una veeeez, que a este pasoooo me cambio de nombreeeee y soy el de las Navidades futuraaaas, leeeeeñeeee yaaaaa. Estoy aquiiiií para evitaaaar que vuelvaaaas a cagarlaaaaa Paquitooooo. O ¿no recuerdaaas qué le regalaste en Navidaaaad a la Soleeee y las consecuenciaaaas?
Y de pronto Paco, el guasón y rabietas, el manazas que quiere ser chef, aterriza y se pega el bofetón; pero básicamente porque se le ha roto el jersey y se ha estampado contra el suelo.
- ¡La leche! ¡Que el tipo éste de Scream tiene razón!
Las últimas Navidades, Paco le regaló a su doña un exprimidor manual a juego con dos escurre-ensaladas y una cafetera nueva. Jamás entendió la reacción de la Sole, que fue pasarse tres días sin hablarle, preparando para comer y cenar sólo ensaladas y obligándolo a beber café hasta dormido. Estaba muy cabreada.
- Sí que me acuerdo, y no tengo ni idea de qué le picó tanto. ¿El color? ¿ La cafetera era pequeña?
- Pacooooo... Los regalos para el hogaaaar no son regalos personaleeees... Son para el hogaaaar... ¿Por qué suponeeees que la cafeteraaa sólo la usa ellaaaa?
- ¡Narices! Porque sólo la usa ella. ¡A mí no me deja usarla porque dice que el café sabe a tubería! Y las ensaladas tampoco las preparo porque siempre se me escapa algún bicho, y se pone en un plan melindres que no se aguanta ni ella. Total por un gusanito... O dos.
- Pacoooo... Sartenes nooooo. SARTENEEEES NOOOOO. ¡Ni sartenes, ni cafeteras, ni batidoras, ni pepinillos en vinagre, alma de cántaro! ¡QUE ACABAS CARGÁNDOTE LA PACIENCIA DE CUALQUIERA Y HASTA MI VOZ DE MISTERIO! ¡QUE LE COMPRES ALGO BONITO!
- ¿Una ensaladera de cerámica? - Paco anda más perdido que un unicornio en el libro de ésa que llaman princesa del pueblo.
- ¡FLORES PACO! ¡FLORES Y UN PAÑUELO! ¡UN PERFUME! Yo que sé, majo, llegados a este punto, a lo mejor le hace más ilusión un pasaje sólo de ida a Jamaica!
- ¡PUES YA ESTÁ! ¡UN PLATO DE CERÁMICA CON DIBUJOS DE HOJAS DE MARÍA!
El fantasma no da crédito. Y piensa seriamente en dimitir, como los políticos españoles cuando no cumplen lo prometido. Ah, no, eso no lo hacen nuestros políticos, lo hacen sólo los foráneos.
- Mucha suerte Paco. Vas a necesitarla. - Y dicho esto, desaparece lo más rápido que puede porque está hasta los mismísimos de nuestro héroe.
Y mientras, Paco ya ha llegado al mostrador para pagar el plato de cerámica con dibujos de palmeras y el tapete de flores naranjas. ¡Menos mal que ha venido el de la guadaña para echarle un cable! ¡ESTE AÑO TRIUNFA FIJO!
Y vaya si triunfó...
FIN
CON M DE MAMÁ y F de FANTASMA

1 comentario:

  1. Jajjaja, este Paco no se entera!!!! A mi me regalan algo para el hogar, y lo tiro directamente. O algo que no tiene utilidad, y lo tiro directamente. O algo que no me interesa, y lo tiro directamente. Jajaja

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