26 de junio de 2013

La Maternidad de la A a la Z: P de Prioridad



Vero... me he perdido ya con el número de ediciones. ¡Si ni tan siquiera soy capaz de recordar qué día (en número) es hoy! Pero supongo que eso es buena señal, ¿no? Es señal de que ya llevamos unos cuantos carnavales juntas y de que este carnaval es sinónimo de calidad y no de cantidad. 

Para esta edición he de reconocer que he ido un poco perdida, pero no por no saber de qué escribir sino ¡porque se me acumulan las letras y las palabras! Lo que sí tenía claro era que repetía letra, la P, y no para repetir de palabra, que conste, que con una tanda de Piojos ya voy lista.

Bueno, es que la P da para mucho, y de todas las palabras que me venían a la cabeza al final, haciendo una dura criba, me quedaba con dos: Prioridad y Pelandusca (ésta me la guardo para otra edición, ¿vale Vero?).
Bueno, el caso es que como esta edición me ha pillado sensible y con "hijitis", que diría la Reina Madre del carnaval, pues me he decantado por PRIORIDAD, que me sonaba como más seria.

¡Vaaaaaaaaamos allá!

Según mis admirados miembros de la RAE:


prioridad. (Del lat. prior, -ōris, anterior).

1. f. Anterioridad de algo respecto de otra cosa, en tiempo o en orden.

2. f. Anterioridad o precedencia de algo respecto de otra cosa que depende o procede de ello.

~ de naturaleza.

1. f. Fil. Anterioridad o preferencia de algo respecto de otra cosa precisamente en cuanto es causa suya, aunque existan en un mismo instante de tiempo.

~ de origen.

1. f. Rel. prioridad de aquellas personas de la Trinidad que son principio de otra u otras que de ellas proceden; como el Padre, que es principio del Verbo, y ambos principio del Espíritu Santo.

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Cágate hazte caca, lorito con la última acepción según contexto!)

Bueno, de todas todas, cuando he pensado en PRIORIDAD como mi palabra para el diccionario de la Maternidad ha sido en el sentido de "Anterioridad o preferencia de algo respecto de otra cosa precisamente en cuanto es causa suya, aunque existan en un mismo instante de tiempo". Así que es en esta acepción en la que voy a centrarme.
Porque, cuando la maternidad llegó a mi vida cambió el orden de las cosas desde el minuto cero de concepción. De pronto, todas aquellas pequeñas o grandes cosas que eran de orden prioritario, dejaron de serlo, o al menos, no lo eran con la misma premura y urgencia que antes. Así vino y así lo acepté, sin cuestionarme el sentido de ese giro inevitable. Fluyó natural, y lo dejé seguir. 
Y como una cosa lleva a la otra, de empezar con tonterías como dejar de mirar ropa para ti y pasar a tener los ojos programados sólo para ver cosas, productos y demás para tu querubín, llegas directamente a olvidarte de ti para sólo vivir tu vida con y para ellos.

La PRIORIDAD por tanto, y no me malentendáis, es más bien traicionera. Mucho. Yo llevo un tiempo asumiendo que algo he de cambiar si quiero vivir mi maternidad plenamente. Llevo un tiempo analizándome, observando y llegando a conclusiones tales como que, aunque mi máxima en la vida vaya marcada por atender las necesidades de mis hijos y amarlos intensamente y con locura como PRIORIDAD... jamás debo olvidarme de mí. Porque si ese olvido cae en abandono, inevitablemente, el pez se muerde la cola y acaba ahogándose con ella. O lo que es lo mismo: si no nos cuidamos nosotras, ¿quién nos va a cuidar? Si no estamos bien nosotras, ¿cómo vamos a conseguir que nuestros pequeños lo estén?

Es por eso que me salto a la torera la RAE (con todos mis respetos, eso siempre) y me invento que PRIORIDAD es sinónimo de equilibrio y responsabilidad. Si quiero ser la madre que mis hijos se merecen, mi prioridad es cuidar de mi vida y salud tanto como de la de ellos. Nunca se ha dicho que los extremos sean buenos, y a veces, en nuestro afán por llegar a todo y todos, dejamos de lado nuestro lado (valga la redundancia) más humano, más terrenal (que lo tenemos chicas, sí, lo tenemos). Dejamos a parte a esa mujer que necesita pasar de hacer la cena un día, tirarse (literalmente) en el sofá y no mover un dedo, pintarse con tranquilidad uñas de manos y pies a juego con la falda que lleva en ese momento, tumbarse a leer un libro, beberse un martini con olivas antes de la cena o a mitad mañana (porque queda muy chic), quedar con las amigas a marujear y poner a parir a cualquier "individua" poco amigable que se cruce por nuestro pensamiento, quedar con las amigas a marujear y ver el lado bueno de todo el mundo (hasta el de las "individuas"), maquillarse divina de la muerte para ir a comprar lentejas al supermercado, vestirse guerrera con taconazo y minifalda para ir a trabajar, pasarse tooooda la tarde en la pelu leyendo revistas e impregnándose de amoniaco y sabiduría popular, salir a comprarse trapitos nuevos y probarse un almacén entero para luego sólo comprar un vestido básico, cenar con su mejor amiga y recordar los viejos tiempos (que no tuvieron que ser precisamente mejores, simplemente diferentes), pasarse una hora entera de cháchara con una amiga, conducir con la música a tope y cantando a grito pelado, bailar como si no hubiera mañana, hacer un picnic playero con guitarra incluída, patinar durante gran parte de la tarde hasta perder la noción del tiempo y que se haga de noche, escribir algún texto emotivo dejando escapar las lágrimas, ver una peli ñoña y llorar como si no hubiera mañana, darse un masaje desde la uña del dedo meñique del pie hasta el último pelo de la cabeza (sí, el que ya está verde de las trastadas de los retoños), comerse una bolsa entera de caracolas de chocolate y no sufrir por ello... En definitiva, dejamos de lado a esa mujer que ya ni se acuerda de qué es lo que hacía antes de ser madre porque, desde que lo es, su única PRIORIDAD es cumplir con ese cometido sin fallos posibles, dejarse la piel, el alma y la vida en que sus hijos vivan la suya intensamente y sin mayor preocupación que la de vivir y disfrutar.

PRIORIDAD es, pues, lo que hace que tu vida gire alrededor de la suya, y no al revés, porque es lo natural, porque al fin y al cabo ellos no pidieron venir a este mundo ni eligieron la familia en la que cayeron.

PRIORIDAD es eso que estoy intentando gestionar mejor y que sigue haciéndome anteponerlos a ellos y sus necesidades ante cualquier cosa, sólo que de manera diferente, ya que voy aprendiendo a que PRIORIDAD no es ni sufrimiento ni olvido, es simplemente cuestión de organización, de confianza en "que todo irá bien" y de asumir con naturalidad y sin agobios que, efectivamente, LA VIDA ES CUESTIÓN DE PRIORIDADES.

Maternidad es PRIORIDAD, que no abandono de una misma ni dejadez. Y PRIORIDAD no es antónimo de "quererse un poquito", pero sí de "no quererse nada".

CON M DE MAMÁ y P de PRIORIDAD 
... y de Peluquería, lugar en el que, después de casi cinco meses, pienso pasarme la tarde de mañana leyendo revistas e impregnándome de amoniaco y sabiduría popular.






8 comentarios:

  1. Genia de las genias!!! Te salió completo... me hiciste mear de risa y emocionar hasta las lágrimas! Cuánta verdad nena, cuánta verdad hay en tu prioridad, porque lo que es las de los muchachos de la RAE... mejor ni lo digo por no ser grosera jajajaja La última acepción, jolín!!! Me están jodiendo? Que toman que les hace ese efecto?
    Yo también tengo que ir a la pelu a leer revistas como si no hubiera un mañana y a impregnarme de amoníaco y sabiduría popular... agregaría pasarte horas depilándote con cera... ya que el apuro de la maquinita de afeitar hace estragos... No te olvides del bozo mujer, que más que madres pueden confundirnos con la mujer barbuda del circo!!!
    Vivan las mujeres y madres!!! A cuidarnos, a querernos, a mimarnos...

    Besote ídola de la vida! Siamesa celestial jajajaja Loviuuuuuuu

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  2. SI, SI, SI!!!!! 100% de acuerdo.
    Pero a veces es tan difícil, crea tantos conflictos en una, tantos sentimientos de culpa y frustraciones.....
    Pero hay que encontrar ese equilibrio que nos permita ser nosotras para ser de verdad, para disfrutar más de todo. porque tenemos que admitir que no existen los super poderes, y que no es cantidad de tiempo, si no calidad de vida lo que hay que conseguir.
    He dicho!!
    besos

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  3. Uffffff, me ha llegado al alma, una vez más! Lo he leído dos veces y me ha dado una fuerza increíble para afrontar estos meses de verano con más ilusión todavía, a pesar de que implican renunciar a hacer otras cosas que también me encantan.
    GRACIAS por tan oportunas palabras!!
    Un besazo, corazón!

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  4. Qué palabra tan buena! La vida es cuestión de prioridades, y la maternidad es la prioridad (que no el abandono). Me ha encantado!!
    Un beso :-)

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  5. Hola guapísima!

    Yo la fase en la que para poder "cuidar" de los demás primero he de cuidarme a mí misma la superé hace tiempo.

    Yo quiero a mi hijo con locura y en mi orden de prioridades es lo primero. Pero yo necesito sentirme además de madre, mujer. Subirme a mis tacones, pintarme los morros e incluso como tú bien dices tomarme un martini... o un kubata de vez en cuando. Quedar con amigas. A fin de cuentas tener vida social al margen de la maternidad. Pero teniendo claro cuál es mi orden de prioridades.

    DEJÉMONOS de ser Macarias y convirtámonos en mujeres mamás. Jijijijijijijiji

    ;)

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  6. Si es cierto que con la excusa de que tenemos poco tiempo vamos dejando lo importante para después, y ese momento no acaba de llegar jamás. A la pelu de cabeza jajaja!

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  7. Que bonita tu entrada, estoy de acuerdo contigo.
    Un beso!

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  8. si que es importante pensar también en una misma, quererse u poco, tener espacio para ti. Porque también somos personas y jóvenes y hacer eso no significa quererles menos o no atenderles como se merece, auque nos parezca que así sea, pero no lo es!!!!! Ellos son nuestra prioridad, por supuesto, pero debemos querernos y cuidarnos tambien!!!!

    Besos!!!

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