13 de febrero de 2013

LA QUE SE AVECINA...

Sí, habéis acertado. Haciendo honor al título de la popular serie de tv... hoy mi entrada va dedicada a tod@s aquell@s vecin@s que han pasado, están en y pasarán por mi vida. Con amor. Con amor del bueno, del de "¡¡me voy a ca...r en 'tó' lo que se menea como vuelvas a regar... mis cristales!!".
¡Ah! ¿Qué vosotr@s no tenéis vecinos que os riegan los cristales? ¡Pues no sabéis lo que os perdéis! ¡Es un subidón de adrenalina de la buena! Porque que estés embarazadísima (en este caso, de Pichu), acabes de limpiar los cristales de las ventanas del comedor, y aún no estés bajando de la mini escalerita y ya esté cayendo agua a mares y mojando los cristales recién limpitos, no tiene nombre. Y lo mejor viene cuando, después de muuuchas veces repitiendo el proceso (que tú piensas, "jod... ¿que no tienen otra faena que estar asomados a la ventana y en cuanto detectan movimiento se ponen a crear afluentes del Guadiana en las macetas? ¿O qué?), tu marido sube y, muy educadamente (demasiado; si llego a subir yo, se tragan el grifo y un par de macetitas), les comenta el tema y el buen señor le responde que ellos no tienen plantas y que, por tanto, no las riegan, que el agua será del aparato de aire acondicionado de algún vecino. ¿Que no tienen plantas? ¿QUE NO TIENEN PLANTAAAAAAS? ¿Y entonces qué son esos botecitos marrones con algo verde y frondoso dentro y algunos puntos de color sobre el verde, y que se ven desde la calle? ¿Los "fruitis" tomando el sol? ¡Venga hombre! 
Aunque claro, qué puedes esperar de unos vecinos que tienden la mopa (sí, como lo lees. Unos tendemos ropa, otros tienden mopas y si te descuidas hasta el aspirador). Cosa que tú descubres porque, al ir a recoger tu ropa, observas maravillada un manchurrón "blanco lejía" en uno de los pocos vestidos de embarazada que te sueles poner... Y, por inercia, levantas la cabeza para descubrir una mopa chorreante colgando. Y, encima, te da tiempo justo para quitar la cabeza y evitar que te caiga el gotón de "lo que sea" en todo el careto. Así que, por si no fuera suficiente que sigan regando tus cristales a toda hora, ahora te riegan la ropa con lejía, y, ¡cómo no!, también lo niegan. Pero esta vez, además, tienen la jeta de negárselo a tu marido, mientras tú estás asomada al deslunado viendo a la buena señora escurrir la mopa chorreante a la vez que le va diciendo al marido: "¡dile que yo no he tendido ninguna mopa!". Y claro, no te queda otra que decirle "un poquito alto" (para que te oiga, básicamente): "¡¡Señoraaaa!! ¡Un poquito de por favor! ¡Que estoy aquí debajo! ¡Que la estoy viendo escurrir la mopa!". 
Tengo que decir que lo de la lejía joroba, pero al menos desinfecta. Sí, vamos, que prefiero manchurrón de lejía a arena de la playa "all over my clothes" o, y esto se lleva el premio al "vecino cerdo por excelencia": PELOS DE GATO. Sí, hijos sí, no unos cuantos pelitos que llegan a tu ropa por casualidad, no, BOLAS DE PELO DE FELINO... y no vivo cerca del Bioparc precisamente. ¡Ah! Tampoco podemos olvidar esas colillas que, con toda la buena intención, son lanzadas para que, cuando recojas tu ropa, te la encuentres calentita, como sacada de la secadora. Calentita y quemadita, y con un agujero ideal, y bañada de cenizas, que le dan un aspecto más etéreo aún. Y si a esto le sumas la lejía, la arena de la playa y los pelos de gato, piensas "¡¡Dios, ni de coña me pongo yo esto ahora!! ¡Que estaba más limpio antes de lavarlo y tenderlo!". Solución: te compras un tendedero de interior y cuelgas la ropa dentro de casa, creando así un microclima tan húmedo y cargante que te recuerda a tu luna de miel en Bali, y te hace ponerte a buscar pintores que impermeabilicen y pinten las paredes, porque cada vez se parecen más a la selva tropical que a un piso.
Y todos estos detallitos van unidos a la existencia, en toda finca o rellano de finca que se precie, de la "maruja por excelencia". ¿Maruja? Sí. La misma. Aquí su descripción, para que nos vayamos entendiendo, no sea que alguien se me despiste. Maruja, según WordReference:

maruja

  1. f. col. Mujer dedicada exclusivamente al trabajo del hogar, sin inquietudes culturales, sociales ni de otro tipo.

¡Error! Inquietudes sociales tiene ¡y muchas! De hecho tiene tantas que vive pegada a la mirilla de la puerta y en vez de gafas lleva unos binoculares enganchados a un par de yogures vacíos unidos por una cuerdecita (¡no me lo puedo creer! ¿Nunca habéis hecho ese invento en vuestra infancia? ¡Pues probadlo antes de que os salga el trauma a la luz!). 
La "maruja" es el personaje más temido de cualquier rellano o comunidad de vecinos porque tiene la curiosa habilidad de inventar bulos que, en el fondo, nadie cree pero que alimentan las miradas de reojo en los ascensores. 
Yo a la "maruja por excelencia" de mi finca la saludo con corrección y la evito todo lo que puedo, y, si no me queda más remedio que compartir unos deliciosos segundos de mi tiempo con ella, intento hablar de cosas más bien banales, vamos, lo que vienen siendo los "temas clásicos de ascensor": el tiempo, the weather, l'oratge, "er tiempo"... Y como mucho, del mítico "hay que ver cómo crecen los niños de hoy en día". Que te dan ganas de contestarle: "señora, soy bajita pero disto mucho de parecer un pigmeo, así que, con todos mis respetos, los niños de hoy en día crecen igual que los de antaño". Pero paso, porque me arriesgo a que le diga al primer vecino que pille que "la de la puerta X tiene antecedentes pigmeos, y cuando nació la metieron en una incubadora especial durante meses para estirarle los huesos", y luego tener que aguantar miraditas indiscretas y sonrisas de "ahora lo entiendo todo". 

En fin, que yo os invito a pasar por mi comunidad vecinal, alquilar un pisín y disfrutar así de una convivencia "pacífica, tranquila y muy civilizada"... 
Y si os cruzáis con la "maruja", ya sabéis, "dientes, dientes" y un "¡qué bonito día de febrero!". 

CON M DE MAMÁ.

8 comentarios:

  1. Jajajaja! Afortunadamente, no tengo quejas de mis vecinos. Es más, incluso hacemos cenitas de vez en cuando en el rellano (en invierno,no). Y el título de maruja tampoco sabría a quién otorgárselo!!

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    1. Pues... ¡De la que te libras, bonica!
      Aquí lo de las cenas ni se me ocurre... ¡Que acabamos a leches! :-P

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  2. Yo tengo un montón de anécdotas con los vecinos de la casa donde he crecido!
    Lo que me pregunto con los de ahora es si es normal tener visitas TODAS LAS SANTAS TARDES desde hace un mes que tuvieron a su hija pequeña (la cual deduzco que está estresada y llora cada vez que no hay visita...) y también me pregunto si es normal que en diversos horarios del día y también (sobretodo) de la noche, cuando la niña llora se vayan al salón a intentar calmarla, dando su salón a mi dormitorio y siendo los únicos vecinos que tienen...mi marido dice que va a llamar a los servicios sociales! jajajajajaja

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    1. ¡Jajajja!!!
      Hombre, la verdad es que mucho no piensan en vosotros! Mi comedor también da al dormitorio de los únicos vecinos que valen la pena... Y ni se me ocurre llevarme a Pollito (que ditectamente grita, no llora) ahí por la noche!
      Mira Cris, me has recordado una entrada pendiente "Las visitas"... Esa va a ser buena ;-) :-P
      Un besazo y... Pacienciaaaaaa

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  3. jajaja!! Si, la verdad es que son maleducados, ahora mismo escucho el au au au de la niña...que pesadilla!! no quería hablar (criticar) porque mi madre siempre dice "no se puede hablar nunca que luego te salen los niños igual o peor!!" pero esto es demasiaoo!! paciencia sí!!
    Venga venga queremos esa entrada!!

    besitos!!

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  4. Vecinos???
    Ufff... nosotros tenemos unos justo debajo... son anormales. Además que sólo se les oye por la noche, a partir de las 10, que empiezan a chillar... tienen 3 hijos. Uno de ellos, el friki. Sí, es muy friki y tiene cara de haberse comido muchos mocos cuando era pequeño. Pues éste hace sus frikifiestas, consistentes en invitar a sus amigos a jugar a la consola, y como son tan malos, a chillar que por qué los han matado y a dar golpes a los muebles enfadados con ellos mismos.
    Y eso a unas horas...
    Pero es que los padres son peores... Ella todo el día con el pinganillo del móvil, y él... bueno él mejor lo dejamos porque quiero que tu blog siga siendo para todos los públicos.
    Venga, que ya me he desahogado un poquito.

    Salu2

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    1. Nosotros tenemos tres hijos y gritamos (a cualquier hora, indiscriminadamente, y muy a mi pesar) pero no tenemos ningún hijo friki así que me quedo más aliviada por un momento pensé...
      :-D

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    2. Me parto con tu comunidad de vecinos, la verdad es que una de las razones por las que jamás daremos el paso de comprarnos un piso (a parte de no tener la pasta ni de lejos) es el miedo atroz de comprarme con él (con el piso) a una comunidad entera de vete tu a saber qué... a mí me gustaría montar una especie de comuniadd en que pudiera seleccionar los componente a dedo... seguro que aparecerín roces también pero se me antoja distinto.

      Yo de mis vecinos, los de abajo, sólo puedo decir que son unos santos y están sordos perdidos. Eso sí... puestos a despotricar, fuman como carreteros y el olor se siente a veces hasta en casa si abrimos ventanas del salón o cocina! :-)

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