11 de noviembre de 2014

#Microrealidaddeloscasi40 (VIII, IX, X, XI)

Conducir mientras bebes un batido de chocolate, encontrar sitio para aparcar justo donde no suele haber , querer maniobrar rápido, soltar sin pensar el batido para girar bien y dejártelo colgando de la boca gracias a la pajita... Resultado: en menos de un segundo el brick se cae, salpicándolo todo. Chocolate en tu abrigo, tus pantalones, el asiento, el cambio de marchas... y lo que queda, porque no puedes levantar el batidito en ese momento ya que sigues maniobrando. Coger una toallita, la única y última del bolso, y difuminar, que no quitar, las tropecientas manchas, sobre todo las de tu abrigo BLANCO.
 
Aterrizar en Leroy Merlín con un marido tan afónico que, directamente, no habla, con dos niños espitosos que ignoran las señales de humo de su padre, que el rubio empiece su letanía preferida "maaamiiiiiiiii" porque su padre los ha cercado dentro de un carro y él quiere pulular libremente, que mientras lo oyes chillar intentes concentrarte en las medidas de lo que ibas buscando, que acabéis bajándolos porque, en teoría (sólo en teoría) ya está todo, que tu hijo visualice una bola enorme y roja de árbol de Navidad ("LA" bola, para ser exactos) y decida que es un balón de fútbol, que a pesar de la carrera de su papi consiga chutarla y mandarla a la sección de grifería, que, aprovechando que su padre está al rescate de la bola, se suba en un reno de mimbre y luces que no aguanta ni un telediario, que tu hija, curiosa y ávida de aprender sobre bricolaje, se dedique a abrirte todas las cajitas de las bombillas para ver si son iguales... Que POR FIN vayas a entrar en casa y entonces, y sólo entonces, descubras que tu hijo ha ido toda la santa tarde de esta guisa, chutando bolas, subiéndose en los renos de luces y chillando tu nombre:
 
Que queden cinco minutos para salir de casa, que tu hijo se tire encima el vaso de agua con el que iba a enjuagarse la boca (después de cepillarse los dientes), que además necesite cambio de pañal urgente, que a tu hija le salte una de las mini gomitas que lleva en el pelo y tengas que repeinarla, que de tanto trajín le pase lo mismo, dejando que toda la greña le vaya a la cara, y haya que volver a peinarla, que tu hijo (para no variar) se niegue a salir con anorak, porque se ve que él es del norte y a 7 grados matutinos no la necesita...
 
Que llegues al trabajo y una de tus alumnas te comente que llevas un lamparón naranja en la rodilla, en tu vaquero favorito gris clarito, que te tires media botella de agua encima (porque como no hace nada de frío, te solidarizas con Rubiazo), que en el huerto escolar metas la bota en el barro hasta el tobillo, que descubras otra mancha de procedencia anónima en tu abrigo, que al volver de recoger a Rubiazo descubras manchas de barro por TODO tu pantalón y encima pienses que son de caca de perro (noooo, no lo eran...), que tu hijo te unte el pelo de pasta al agua al son de "mami, ¿crema sí?" mientras tú le ponías los calcetines...
Así que...
 
¡FELIZ MIÉRCOLES, EVERYBODY! (o eso espero)
CON M DE MAMÁ

4 comentarios:

  1. Jaajajajjaa!! Lo habitual, vamos.

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  2. Nenaaaa!!!!!!! Lo tuyo es de escándalo!!!

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  3. jajajaja.. como me suena todo esto.. leyéndolo me parto, aunque cuando me toca a mi una de esas.. me pongo a buscar la cámara oculta jeje.. Besos

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  4. Eso es pasar momentos divertidos, y lo demás son historias!!! Jajaja, no te debes aburrir nunca ;)

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