28 de julio de 2013

Autopista hacia el cielo

Hoy he captado accidentalmente este momento en el que las nubes dibujaban una autopista de algodón en el cielo. Esta imagen, tan nítida, tan tangible, que casi parecía tener forma de verdad, me ha causado un encontronazo de sentimientos importante. Lo primero que me ha venido a la cabeza es lo mucho que me gustaría que esa autopista ante mis ojos fuera real, para que así las personas que nos faltan pudieran no estar tan ausentes en ciertos momentos de nuestras vidas. Y para que también nosotros pudiéramos pasear hasta allí siempre que lo necesitáramos. Sería maravilloso poder subir a por ese abrazo que nos hace falta en algunos momentos, esas palabras de aliento que necesitamos a veces, o a acabar esa conversación que tenemos pendiente o que nunca tuvo lugar. Después me ha venido un escalofrío enorme al pensar que algún día, ojalá muy lejano, tú estarás allí arriba y yo aquí abajo echándote de menos. Necesitando tus llamadas y tus consejos médico-paternales, tus abrazos, tus besos, tu mirada de orgullo paternal al observarme siendo madre mientras que en tu fuero interno aún sientes la necesidad de protegerme como si fuera una niña. La siguiente carita que ha acudido a la fiesta de pensamientos ha sido la tuya, la de mi princesa, la de mi pequeña mujercita que ya plantea el tema de la muerte con cierta angustia cuando piensa que algún día yo no estaré con ella, y que llora amargamente pidiendo que no me muera nunca porque, al no saber medir el tiempo, mi "para eso falta muchísimo, primero he de hacerme muy vieja" le suena a excusa barata, a "¿y si muchísimo es mañana?", y lo dice mientras me mira las arruguitas de los ojos y afirma "¡pero es que tú ya tienes 'rallajos'...!" Aunque, por suerte, respira algo más tranquila cuando le explico que esos rallajos son de lo mucho que nos reímos juntas y no son para preocuparse. Y luego, mi pequeña investigadora, me lanzas la pregunta más difícil que me hayan hecho nunca "¿y por qué nos morimos?". Y, como por instinto, me sale decirte que morimos cuando nuestro cuerpo deja de funcionar, como cuando una máquina o un aparatito se estropean, porque nuestro corazón, o alguna otra parte importante de nuestro cuerpo, se averían y empiezan a funcionar mal, o son tan viejitas que ya no pueden repararse, y entonces, dejan de hacer su trabajo, y nuestro cuerpo se para. Pero ¿sabes un secreto? Nuestra alma, que vive escondida en nuestro corazón, se pone un vestido de estrella y brilla cada noche por las personas que nos quieren y a las que cuidamos con nuestra luz mágica, para que siempre se sientan protegidas y no tengan miedo al cerrar los ojos. Y tú, mi corazón bonito, mi verdadera estrella de luz, meses después, recuerdas perfectamente lo que te conté y me preguntas por las estrellas, pero sin lágrimas en los ojos y con una sonrisa tranquila. Y entonces vuelvo a pensar en ti y en mi pequeño Rubiazo, en que sois mi luz, mi vida, mi alegría diaria y mi razón de lucha. Y en que, el día en que me vaya, para el que os prometo que queda mucho porque mis arruguitas son sólo de felicidad, caminaré por esa autopista sin coches, tocando las nubes, mientras os miro tranquila y os lanzo besos con trozos de nube que llegan a vuestros labios y os acarician la cara. Tranquila de saber que seré la estrella que ilumine vuestros sueños, sueños que viviréis juntos porque tendréis el mejor legado del mundo: el amor de vuestros padres y el saberos amigos más que hermanos. CON M DE MAMÁ y A de Autopista hacia el cielo

15 comentarios:

  1. Ay Non... por dios, qué dulce, qué manera tan tierna de tratar algo tan duro y espinoso como la muerte. Me apunto lo del traje de estrellas para cuando me toque con los peques. y lo de las nubes ...qué metáfora tan bella..y qué foto tan educadora..
    De diez Nonieta !
    un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias corazón.
      La verdad es que fue lo primero que me vino a la cabeza! Supongo que nunca estamos preparados para preguntas así...
      Me halaga que cojas la idea del traje de estrella... Aunque espero de corazon que tengas que tardar en usarla.
      Un beso enorme reina!

      Eliminar
  2. Hola preciosa!!

    Yo creo que esa sensación y ese pensamiento lo hemos tenido tantas veces todas... Mi niño también me ha llorado en alguna ocasión, cuando era algo más pequeño, eso de que no quiero que te mueras nunca... por dios ¡ni yo!... Pobrecito mío, con lo chiquitín que es aún... Cuan solito se iba a quedar en este mundo...

    Pero donde me has tocado la fibra sensible ha sido en otra cosa... De repente un día te miras al espejo y dices, joder si tengo 33 años!! Soy joven sí, yo sí (Relativamente). Pero miro a mis padres y esas líneas, esos rayajos de felicidad se han convertido en arrugas, de las de verdad. De las que te va regalando la vida y pienso... y el día que se vayan ¿¿qué voy a hacer yo?? ¿¿Qué va a ser de mí sin ellos?? Y me pongo realmente mal. Se, que es ley de vida y que algún día llegará, ojalá y sea muy pero que muy tarde, pero sólo de pensarlo, de imaginármelo, se me hace un nudo en el pecho. Se me encoge el alma. Se me pone un nudo en la garganta y se me llenan los ojos de lágrimas.

    Y algún día, llegará el momento en el que mi hijo tenga 33... y me mire a mí, y veo lo que yo veo hoy.

    Me quedo con tu cuento de las nubes y con tu permiso me lo "copiopegaré" para contárselo a Nano.

    Un besito cielo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay Verito! Es que es una sensación tan de "desasosiego", ¿verdad? Pero bueno, mejor será que nos dediquemos a aprovecharnos de los momentos con ellos, de vivir el presente, aunque sea inevitable pensar en esas cosas...
      Yo, por las circunstancias, las he tenido muy presentes en determinados momentos y me da pavor, aunque la misma explicación que le di a Pichu es la que me tranquiliza a mí, sabiendo que, en el fondo, siguen ahí cuidando de nosotros.
      Un besazo graaaande!

      Eliminar
  3. Nonieta preciosa, tan preciosa como esta entrada... me emocioné mucho ayer. La muerte es un tema que no termino de aceptar, te soy sincera. No soporto pensar que las personas que tanto quiero se vayan un día de este mundo. Sé que soy egoísta. No es que quiera que sufran... no. Simplemente lo contrario, me gustaría que no tuvieran que pasar por momentos tan dolororos y a la vez, me gustaría poder tenerlos para darles un abrazo siempre. Cuando se fue mi abuelo hace casi 6 años, me costó mucho aceptarlo. Hoy convivo con eso, pero me habría gustado que conociera a sus bisnietas... que disfrutara de Muriel... y cada vez que la veo crecer a ella caigo en la cuenta de lo finita que es la vida... y creo que por eso meinvade la nostalgia... Hace dos años casi pierdo a mi papá, se salvó de milagro de un aneurisma de aorta y de una orperación a corazón abierto de la que sólo sobrevive menos del 10 % de los pacientes que lo sufren... el día que se desató todo yo estaba a 800 km... un viaje de 12 horas en omnibus... la operación duraba 4 como mucho... fue el viaje más horrible de mi vida... pero no me resigné a perderlo tan rápido, con 51 años... y se quedó con nosotras y todavía puedo disfrutarlo, pero sé que es de cristal y eso me mata cada vez que lo pienso...
    Por otro lado, decirte que la metáfora del traje de estrellas me pareció tan tierna y tu forma de tratar el tema con Pichu... genial... me gustaría, el día que Muriel me pregunte acerca de la muerte, poder contestarle algo parecido... y ese día, voy a recordar tu autopista hacia el cielo... para tomar fuerza. Gracias por ser tan mágica... gracias por este post tan sensible y a la vez perfecto... Te quiero siamesa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay mi Pao querida!
      Me resulta tan cercana la historia... Más de lo que imaginas. Cuando hace dos años y medio a mi papi le volvieron a detectar el cáncer, a los dos meses se fue a un congreso a bastantes kilómetros de aquí y acabó con el coche sumergido en un embarcadero. Como lo lees. Consiguió salir a nado en un momento de lucidez que tuvo y dar un teléfono de contacto a quienes lo ayudaron a salir. Mis hermanas que fueron a por él en coche pasaron un viaje de ida horrible, pero peor aún fue el de vuelta, en el que ya empezaba a perder la consciencia porque el tumor cerebral ya estaba haciendo de las suyas, de ahí el accidente. Que mi padre consiguiera salir por su propio pie del coche hundido totalmente en el agua, es un milagro, volvió a nacer y nosotros con él. Que siga con nosotros es otro milagro.
      Ya lo dije, mi padre está hecho de amor y roca.
      Gracias por compartir tu angustia.
      Eres una valiente.
      Mil besos querida siamesa.

      Eliminar
  4. Hola, Noni. Yo llevo bien el tema de la muerte, no tanto la separación física. He aprendido, después de perder a dos personas imprescindibles en mi vida, a vivir con ello, pero me sigue faltando ese abrazo intenso del que tú hablas. Pero también coincido con tu creencia en que nos transformamos en seres de luz (estrellas), y que mis abuelos siguen ahí, yo los presiento, los oigo en mi cabeza, me alcanza su amor eterno y sus promesas de apoyo infinito. Aunque me falte ese contacto físico, ese beso, esa caricia... He aprendido que también uno puede vibrar con otras formas de conexión que son de alma a alma, y que la huella que nos dejan no solamente no se borra nunca... también es una forma de vida interior, que te calienta desde dentro y te llena de amor cuando te vacías. Esa huella aparece y se queda para siempre en nuestro corazón cuando se nos van las personas que siempre tuvieron un lugar en él; y es maravilloso notar como siguen ahí, eternamente, hasta que volvamos a encontrarnos. Yo tengo mis propias creencias espirituales y sé que nunca dejamos de estar junto a nuestros seres queridos; solo cambiamos la forma de conexión, durante un tiempo.
    Gracias por escribir de una forma tan bonita, hoy y siempre, preciosa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nieves, qué bonito lo que me dices. Yo no sé si lo creo así o es que quiero creerlo. Me da pavor pensar en perder a las personas que quiero, pero cierto es que tengo en la cabeza que seguirán ahí.
      De hecho, yo tengo una estrella en el cielo que cuida de mí y de Pichu y Rubiazo. Y saber que vela por ellos me da mucha tranquilidad, es como que sé que siempre estarán bien y en ciertos momentos, pensarlo así me da mucha tranquilidad.
      Mil gracias por todo lo que me has contado y por las palabras tan dulces que me has dicho.
      Un abrazo enoooorme.
      y gracias a ti, por emplear un rato en leerme y comentar compartiendo.
      Un besazo grande!!

      Eliminar
  5. Noni!! A mi me da terror pensar en que la muerte puede tocar a alguien cercano'! Cuando ocurrió las de mis abuelos ya eran mayores y sabíamos que era lo que tenía que ser. Pero no quiero pensar cuando pueda tocarles a mis padres!!
    No hace mucho falto en mi vida mi madrina, mi tía del alma! Y pienso en mis primas la carencia que deben tener y más ahora que mi prima ha sido mi madre.
    Me gusta pensar que ella vela desde el cielo, como tu dices, como una estrella y que esta pendiente de todos nosotros!!!

    Un besazo, y me has emocionado muchísimo!!

    ResponderEliminar
  6. Noni!!!!!!! Buffffff.............yomsiempre me digo que uno no muere mientras alguién siga hablando de él......así que nuestros seres queridos no están muertos, porque no los olvidamos y forman parte del día a día de nuestras conversaciones y vidas.... Y nuestro pensamiento está con ellos.

    Son estrellas que nos iluminan en nuestro camino y serán los que nos ayudaran a hacer esta autopista, ese camino hacia quién sabe donde.......

    Una entrada muy bonita, sensible y buffff no puedo seguir.......

    ResponderEliminar
  7. Todas me habéis enternecido, dentro de pocos días harà tres años de la muerte de mi abuela y sienpre digo a mi hija cual es su estrella.Hasta hace poco soñaba con mis abuelos y era como si estuvierán aquí y cuando ocurren tragedias como las de la semana pasada no dejo de pensar en esas familias, me pasa como aBea no puedo seguir pero ha sidi una entrada magnífica y ojala lleguemos tarde a esa autopista.

    ResponderEliminar
  8. Entre el post y los comentarios no se ni cómo escribir, ni ver lo q escribo.... Tengo los ojos llenos de lágrimas.... La muerte no me gusta y sólo el pensar que mi madre y mi tía algún día se irán, me derrumbo.... Me ha gustado mucho cómo has afrontado el tema con Pichu, muy sincero y tierno.

    Un besazo

    ResponderEliminar
  9. Me tienes llorando amargamente, y es que creo que este es un tema que todas tenemos en la cabeza cuando somos madres.
    No quiero ni pensarlo...
    Besos preciosa

    ResponderEliminar
  10. Cariño... siempre con la palabra precisa en tus labios... que bien estas haciendo eso de ser Mamá... Gracias por ser tan bella... que Orgullosa estoy de ti...

    ResponderEliminar
  11. No se pueden escribir cosas tan bonitas y tocar la fibra sensible de la gente, así sin más. Eres bonita a más no poder y cuando hablas de tus sentimientos es muy fácil sentirls como propios. Muchos besos

    ResponderEliminar

Estaré encantada de que opines, te expreses, me cuentes cosas y, en definitiva, de que nos comuniquemos ;) ¿Te animas a hacerlo?