Si en algún momento de tu vida has ido "de visita" al hospital a conocer al bebé de una amiga o familiar y tu visita se ha convertido en "que he decidido quedarme a vivir aquí, que te veo con ganas y ánimo", mejor no sigas leyendo porque las siguientes líneas pueden herir seriamente tu sensibilidad (si es que la tienes, claro). Vamos, que voy a ponerte "a parir", y nunca mejor dicho. Pero con amor, con mucho amor. Eso siempre.
Si a pesar de haberlo hecho me sigues leyendo, te doy otra oportunidad para que te lo pienses. De hecho, aquí te dejo tres articulitos que, de una manera más suave y hasta bonita, sugieren lo que se debe/no se debe hacer cuando en nuestro entorno nace un nuevo churumbel.
http://www.maternidadcontinuum.com/2013/05/10-consejos-para-visitar-a-un-recien-nacido/
http://www.maternidadcontinuum.com/2013/05/10-consejos-para-visitar-a-un-recien-nacido/
Los dejo porque igual os resulta más agradable y reconfortante leer estos artículos relacionados con el tema que mis palabras...
¡Ah! ¿Que seguís ahí? ¡Chupi! Pues vamos a ello.
Cuando nació Pichu yo ya estaba preparada para todo. Mentira, para todo, todo, no. Es decir, había vivido de cerca algún que otro alumbramiento recientemente y sabía exactamente lo que no quería ni para mí ni para mi pequeña: unas 800 personas llenando la habitación, la puerta, el ambiente y todo lo "llenable" con sus charlas en tono nada comedido, sus risotadas, sus continuos intentos de coger a la recién nacida que debía sentirse más perdida que un pulpo en un garaje, cero intimidad para las primeras tomas de pecho, cero intimidad para levantarse al baño con toda la herida estupenda y cargada de compresas postparto (la cosa menos sensual y cómoda a la hora de intentar caminar de manera decente, vamos)... Y un sin fin de historias que yo me negaba a aguantar. Pero no por mí, señores, que quede claro, por mi bebé, que yo ya pensaba como madre.
Sí, porque resulta que nadie tiene en cuenta que un recién nacido se pasa 9 meses en un entorno seguro y tranquilo, alejado del ruido y la luz directos, calentito, mimado... y de repente, sale a un mundo de locos. De locos loquísimos, además: Venga el grito y la fiesta, venga el "pásamelo" rollo cigarrito de la risa o pelota de básquet. No sé, pero considero que la empatía con los bebés nos la dejamos en la suela del zapato cuando acudimos de visita. Porque los bebés no son personas (debe pensar la gente, digo), son muñecos con pilas o alienígenas que ni sienten ni padecen, y que vienen al mundo dispuestos a que tú y otros cuantos les toquéis la moral.
Antes de seguir, aclaro: me importa tres pimientos parecer una seca, una rara o una exagerada. Sinceramente, a estas alturas de la vida y con bastante historia personal vivida, digamos que "me la trufa" lo que piensen de mi manera de hacer las cosas. Además, por suerte, no es sólo "mi manera", sino también la de Papi de las criaturas, que gracias al cielo, tiene conocimiento y saber estar a raudales, además de sentido común, instinto "paterno" (que sí, chicas, algunos, en ocasiones, tampoco nos flipemos, lo tienen) y mucho amor y respeto por nuestro proyecto de familia.
Bueno, pues toda mi chulería me la tuve que tragar con patatas, ya que lo único que conseguimos (con malas caras por parte del personal, obviously) fue que nos respetaran la primera media hora después del nacimiento de Pichu; la media hora inmediatamente después, en la que lo que pretendíamos era "conocernos tranquilamente", ser conscientes de que pasábamos a ser tres, que nuestra familia por fin era familia, y que la pobre Pichu pudiera olerme con tranquilidad, cogerse al pecho sin agobios, sin gente pellizcándole el moflete, hablando en voz híper alta y opinando de lo mal o bien que succionaba la criatura.
A la media hora, puntualmente, se oyó una especie de estampida de caballos en la puerta de la habitación. Papi y yo nos miramos aterrorizados, nos cogimos fuerte de la mano, intentamos escondernos bajo la cama con Pichu sin éxito, respiramos profundo y, antes de que pudiéramos decir "adelante"... empezó el inicio de meses de visitas a horas intempestivas, largas o larguísimas, visitas imprevistas de timbrazo en el telefonillo sin haber siquiera llamado a preguntar si venía bien, visitas a la hora del baño que se alargaban porque así luego se iban directas de cenita y te dejaban a ti con Pichu sin bañar y un destarifo de horarios, visitas de "vamos a tal hora que es cuando me viene bien, y a vosotros, si eso, que os den morcilla"...
Lo peor, lo peorcísimo, es que se supone que quien te agasaja con estos detalles nulos son las personas que "más te quieren". Que más te quieren jorobar, digo. Porque si no es así, señores, yo no lo pillo.
Empecemos por el principio.
6:45 de la mañana: Bajada a dilatación. Había que meterme chute de oxitocina para que mi querida Pichu, que llevaba haciendo camino ya un mes (gracias a lo cual yo iba "dilatada" por la vida ya un mes entero, sin resultados) se decidiera a salir de su trinchera. Estoy convencida de que la niña venía con el don de la videncia y sabía "donde se metía al salir de su refugio" (¿cómo se llamaba esta figura poética? ¡Premio al que responda!).
14:45 de la tarde: Pichu viene al mundo, ¡después de 8 horitas! 8 horitas, por cierto, en las que no faltaron, digamos, imprevistos familiares, por llamarlos de alguna manera, con colada en sala de dilatación incluída y movidas varias con el personal sanitario que iba a atender mi parto, a pesar de mi letanía continua de que "sólo quería al padre de la criatura rondándome". A esto hay que añadirle una colada posterior en paritorios, con la consecuente llamada de atención de los celadores. Yo no sabía si es que mi hija estaba destinada a reinar algún país de estos lejanos de nombre raro, de los que salen en las pelis americanas, y nadie me lo había dicho, porque no entendía tanta obsesión con rondarla.
20:30/21:00 de la noche: Y después de más de doce horas en pie, con larga dilatación y parto de por medio, con la tensión propia de la novedad y la inexperiencia de ser padres primerizos, con unas piernas y unos pies, gracias a la brutal retención de líquidos, que ya quisieran muchos elefantes para sí, con los inevitables puntos de todo parto natural... Aún seguíamos con gente en el hospital. Gente que, además, no entendía que mi boca no se torciera para formar una leve sonrisa, gente que no acababa de ver bien (por lo que he podido saber después) que no me levantara de un bote a dar besos "megaemocionada, osea, de que hayas venido, Chuchi"... gente que, definitivamente, se dejó la puñetera empatía en parvulitos. No, mucho mejor, gente que no estaba el día del reparto de empatía y recogió... otras cualidades.
Y yo me pregunto: ¿ALGUIEN SE HA PREGUNTADO ALGUNA VEZ QUÉ NARICES QUIERE LA MADRE PARTURIENTA? Sí, almas de cántaro, la parturienta, la que pare, la de "¡la madre que te parió!". Esa misma. Pues, en mi humilde opinión, muy pocos.
"Hola, soy un prototipo de una madre parturienta cualquiera. Acabo de parir, después de mil horas dilatando, y la verdad es que, como no estoy nada, pero nada cansada, porque apenas he hecho un esfuercito de "chicha y nabo" (sin contar los 9 meses de embarazo, el dolor de espalda continuo y la posible ciática que he padecido)... pues que lo que más me apetece en este momento es irme de fiesta, de cubatas y de "after" hasta las mil. Como mi ginecólogo dice que no me da el alta hasta dentro de dos días, no sé porqué extraña razón no me entra mi ropa, ni tampoco los "stilettos" de taconazo de 15 cm, y además me acabo de descubrir una especie de lapa, en forma de humano diminuto, pegada a mi teta que se agarra a mi pezón como una piraña y me da miedo que me lo desgarre si me muevo un milímetro... ¿Qué os parece si la fiesssshhhta nos la montamos aquí en el hospi? ¿Qué digo en el hospi? Quería decir en mi habitación, todos juntitos robándonos el aire, así será más real la sensación de estar en un pub abarrotado de gente exaltada."
Segunda pregunta: ¿ALGUIEN ALGUNA VEZ SE HA PUESTO EN LA PIEL DE UN/A RECIÉN NACIDO/A? ¿ALGUIEN HA INTENTADO SI QUIERA IMAGINAR CÓMO SE SENTIRÍA SI LO ARRANCARAN DEL LUGAR MÁS SEGURO DEL PLANETA Y LO DEJARAN CAER EN UNA LOCURA DE LUGAR? ¿Nadie piensa en la sensación de desconcierto, temor, inseguridad e incluso pavor que se les debe poner en la piel a las criaturitas, que pasan de vivir en un espacio idílico a ocupar su lugar en un auténtico manicomio? No, porque "que vaya viendo lo que le espera, que no sabe en qué familia ha caído" (que tú piensas: "Ahora entiendo que la criatura en vez de hacia abajo fuera hacia arriba. Estaba acojonadita")... O "los bebés se han de adaptar a los adultos, no al revés"; o "Está dormidita, no la cojáis ahora, por favor. - ¿Cómo que no? Encima de que vengo a verla; ¡Ya se volverá a dormir!(Vamos, que se jo...robe la niña, que lo importante es lo que yo quiero y no lo que ella necesita)".
"Hola, soy un prototipo de una bebé recién nacida cualquiera y... ¡ME VOY A CAGAR EN QUIEN INVENTÓ LA PUÑETERA TRADICIÓN DE LAS VISITAS Y DEMÁS! Y no, no tengo ni el humor ni las ganas que ha tenido mi madre para decirlo de manera irónica pero simpática. Además, no sé el significado de ninguna palabra de nuestro idioma porque ni siquiera sé hablar, así que me paso por el forro, exactamente igual que ustedes, los siguientes sustantivos: comprensión, empatía, tolerancia, respeto y discreción."
¡Anda la leche! ¡Ya está claro! ¿Pérdida de valores de nuestra sociedad y, en concreto, en los más pequeños? ¿Qué queremos? ¡Si es lo primero que maman (y nunca mejor dicho, mira) nada más asomar la cabeza a nuestro mundo de locos!
¡Uf! Ya lo he soltado. Ahora sí, muy buenas noches mundo.
CON M DE MAMÁ (y de Mala leche que se me pone si pienso en el tema)
Por cierto, con Pollito fue diferente.
Por suerte para todos, el segundo no es "tan esperado" y los papis no son ni tan inocentones ni tan complacientes. ;) ¡A tomar fanta!
Estoy enlazando este post a la fiesta de enlaces del blog Personalización de Blogs
Estoy enlazando este post a la fiesta de enlaces del blog Personalización de Blogs
¡Ja, ja, ja! Grande, eres muy grande. Yo fui tan valiente para decirlo así pero he de confesar que te entiendo COMPLETAMENTE. Hace poco he tenido una sobrina y la pobre mamá me decía que no dormía, tras recomendarle el conocido consejo de "duerme cuando duerma la niña" me contestó "yo lo intento, pero sea la hora del día que sea, justo cuando me duermo suena el teléfono o el timbre de la puerta con alguna visita sorpresa". ¡Cómo la entendí!
ResponderEliminarGracias por recordarme, y que sepas que te llamas como mi mejor amiga (Noni).
Pues dile que lo mejor va a ser que se lo tome con humor... Y un par de tilas o tres!!! ;-)
EliminarOtra Noni en el mundo??? Molaaaa!!! Si somos una especie rarita!!! Qué ilu saber de esta coincidencia, mira tú por donde!!
:-*
Noni,
ResponderEliminarProvidencia Divina, he recibido tu mensaje cuando justo estaba posteando una entrada porque me han concedido un premio y al ver tu blog me ha encantado. Así que, además de quedarme por aquí, te acabo de conceder el premio a ti también. Tienes toda la información aquí: http://diariodeunamadreenpracticas.blogspot.com.es/2013/05/que-ilusion.html
¡Un beso!
Pero... ¡¡qué guaaaaay!!
EliminarMil gracias de corazón!!
Esto de recibir un premio de alguien a quien lees... ¡Es todo un honor!
Luego me paso a recogerlo y de paso me quedo un rato más por tu blog, que dicho sea de paso, ¡me encanta!
Un besazo guapa!!!!
Jajajaja!! Noni, genial tu manera de relatar ese torbellino de cosas que suceden tras la llegada del primer bebé.Me siento bastante identificada, aunque con el toque de humor que tú le das, ahora lo recuerdo entre risas.
ResponderEliminarRaquel!!
EliminarLa verdad es que "torbellino" va genial a esos inicios, bueno y a la crianza en general pq cuando no es un pito es una flauta!
Pero lo del principio es la repanocha.
Y hasta que no se vive, no se entiende.
Eso sí, si conseguimos reirnos hasta de nuestra sombra, casi que mejor!! Humor que no falte!
Beso!!
Que bien relatado y que bien lo explicas todo, comprendo cada una de las situaciones que describes a pesar de nunca haber parido (por supuesto) y de no tener hijos, pero es una situación que comprendo totalmente, supongo que no el en mismo grado superlativo pero por desgracia si se que es eso de visitas recién operado, saliendo de la anestesia y la habitación que parecía el Santiago Bernabéu o el Nou Camp en día de semifinal de Champion, solo suspirando que se fueran, que me dejaran en paz, que lo único que deseaba es tener la habitación en la penumbra mas total, y sufrir los dolores (que no del parto) de 3 horas de corte y pega en el quirófano.
ResponderEliminarAsí que si uno pasa por eso que sentirán dos (madre e hija) en estos casos,
No he vuelto a ningún hospital a ver a un operado hasta que han pasado días, y visitas de no mas de 5 minutos.
Gracias por ese relato tan real.
¡Gracias a ti pot leer y disfrutar!
EliminarLo de las visitas a hospitales, a no ser que el mismo paciente dijera lo contrario, deberían estar prohibidas...
Lo más curioso es que por norma general parece que todos pensamos igual... Así que la conclusión es que un ser egoista y aburrido nos posee cuando en la misma frase sale "visita" y "hospital". :-P
Y respecto a tu operación, espero que fuera hace mucho y que estés del todo recuperado.
Un abrazo!!!
Si ya hace mas de 12 años, y recuperado si por supuesto que si, me quede con una movilidad reducida en una rodilla pero tampoco me impide hacer vida normal asi que hay que ser positivos.
Eliminarespero ya impaciente tu próxima entrada. que cuanto menos pasas un buen rato y te llaman a la reflexión.
Aplausos!!
ResponderEliminarLo de las visitas es demencial. La gente no te tiene en cuenta para nada... Van a su rollo, y lo peor es que se lo dices y no escuchan.
nosotros la primera noche hasta las 11 de la noche tuvimos que aguantar a una visita. Y eso que le había dicho ya 2 veces que se fuera.
Y encima luego a las 9 del día siguiente ahí y que no se iba. Y me dice: te vienes a comer conmigo? Yo, claro, le contesté: pero es que no te piensas ir a tu casa o qué?
Tardó 5 minutos en irse...
En fin... los días, pocos o muchos en el hospital y los primeros días en casa son de todo menos tranquilos.
un abrazo.
Jajaja!!!
EliminarConclusión: empatía cero/aburrimiento a tope!!!
Si pusieran un puesto de pasteles y café en cada planta de hospital hacían negocio!!
Gracias por leer!!!
Totalmente de acuerdo contigo.. yo tuve una matrona excepcional en la preparación al parto que nos anticipó todo lo que relatas.. iba bastante mentalizada y a pesar de todo alguna vez me acabé escapando a la sala de lactancia a disfrutar de mi peque y de la tranquilidad.. lo de las visitas en casa parecido.. anda que no he llorado yo porque da la sensación que los demás controlan tu vida y tu no eres capaz de coger las riendas.. con el segundo claro que fué distinto.. aprendes que vale mas ponerse una vez rojo que veinte amarillo y al que le parezca bien.. fenomenal.. y al que le parezca que eres una borde insoportable.. pues que le den.. jeje
ResponderEliminarUn beso guapa
Lo has clavado... "la sensación de que los demás controlan tu vida y tú ni eres capaz de coger las riendas".
EliminarTal cual.
Quizás, llegará un día en que todas las mamis del mundo nos juntemos (antes de hacernos viejas y olvidar la empatía en casa) y gritemos: "BASTA YA!"
Un besazo!!!
Te dejo una cosita en mi blog que creo que debería lucir en el tuyo por hacerme pasar esos momento leyéndote
ResponderEliminarhttp://principiantedelacocina.blogspot.com.es/2013/05/pizza-baguette-de-jamon-y-queso.html
Ay!!! Qué nervios!!!
EliminarQué guay!!!
Me paso en seguida!!!
Graaaaacias sea lo que sea!!!
Ya lo he visto! Mil gracias! Lo acepto encantada y le paso el testigo a otros tantos que igualmente me hagan pasar buenos ratos!
EliminarGracias!
Hoy ha sido un día duro, familiarmente hablando, y es bonito encontrarte esto en el blog después de una larga mañana de hospital.
Un abrazo grande!
Hola, te he conocido por la fiesta de enlaces!!! Me encanta lo que dices, no tengo ningun hijo, pero el día que lo tenga no quiero a NADIE en el hospital. Y cuando digo NADIE es NADIE, solo el padre y yo. Tampoco quiero visitas en casa (para eso se hace una fiesta al cabo de 1 mes). Y a quien no le guste que se fastidie. Es que de verdad, en otros países no es así. Una amiga que parió me dijo que fue hasta la vecina!!! XD en fin
ResponderEliminarUn placer
Hola!!
EliminarMil gracias por pasarte por aquí!
Bueno, tú ya verás, que por mucho que digas... Como que no!!! #voyamibola
La gente va a su rollo!!!
Me paso a hacerte una visita!
Encantada!!
Pues te has quedado a gusto....pero creo que el 90% se las recién paridas en algún.momento.nos hemos sentido así...
ResponderEliminaryo.he tenido suerte y en mis dos.partos.sólo.familia directa y discreción...
Anda que no has tiempo luego en casa para visitas, eso sí, a unas horas razonables. Mi.segundo hijo nació hace um.mes; entre unas cosas y otras estuve 10 días en el hospital compartiendo habitación. Lo de la.compi guerra demencia: 6 personas observando su proceso de dilatación...¿¿?? que duró hasta la 1 de la mañana y aquí la.manda sin.poder pegar ojo entre los sollozos de la futura madre y la presencia de los otros. Que se supone que hacían? alentar.en su dolor? Con lo íntimo que es ese momento, yo no daba crédito...
en fin muchas historias y cómo dices por las convenciones sociales, te toca.aguantar...
voy a echar un vistazo a tu blog.
bss
Jajaja! La verdad es que sí, aunque casi que se han quedado más a gusto las mamis que conozco y tengo muy cerquita mío, porque para todas ha sido un "ostras, no soy la única!!".
EliminarA ver, hay visitas y visitas. Siempre hay quien sabe lo que hace, pero tristemente abundan las que no.
Y por lo de tu compi de habitación... Qué horror! Para ella y para tiiiii!! Yo hubiera pedido la cama en el pasillo!! :-P
Gracias por pasarte!!!
Muaaa
Jajaja...Yo lo hice mejor tarde mas de 12 horas en parir y muchos se aburrión además era un domingo muy frio de noviembre a las 8 de la tarde y la mayoría que se habían acercado al hospital estaban hasta las narices y se fueron bastante rápido...En cuanto al peque nació a las 11 de la noche a penas se acerco sus abuelos 10 min y se fueron y podimos disfrutar de tranquilidad hasta el día siguiente, además como no pudieron estar nada mas nacer el peque perdieron mucho interés y me visitaron en mi casa.
ResponderEliminar¡Jajajaja!!
EliminarEso se llama hacer las cosas bien!!! Tu peque venía con el aviso y dijo "pasando de líos, a ver cómo me las apaño para que nos den un poco de tregua"...
Ahora, tus 12 horitas... :P
Un beso!!
Pues imagínate qué bien me lo monté yo.
ResponderEliminarEn el primer parto nos fuimos a la ciudad de al lado a dar a luz. Así que visitas escasas y cortas. Un lujo.
Con el segundo ya no fue lo mismo porque di a luz en la ciudad donde vive la familia más directa y los amigos.
Y lo que tú dices. Ale, vamos a ver al recién nacido.
Pero en dos días en casa y en mi casa yo abro la puerta cuando quiero y me viene bien. Así que, (que no me oigan algunos), más de una visita se quedó en la calle.
Lo de emigrar ya lo pensé yo con la mayor, no creas... Aunque al final no lo hicimos (lástima!!).
EliminarEso sí, te cuento un secreto... Por aquí más de uno ¡¡también se quedó en la calle!! :P
Gracias por pasar y comentar!!
Bsts!!
Mil gracias por incluir mi enlace!
ResponderEliminarDesde luego es un tema que hay muuucho que decir :)
Un abrazo!
Pilar
A esto se le llama "crear conciencia" despojada de prejucios y de miedo al que dirán! estoy totalmente de acuerdo con vos y mas que nada por haberlo vivido con mis dos hijos y mierda! como me hinchaba las pelotas que venga todo el mundo! y mi pregunta es: vienen a ver al bebe o a ver que tan hecha pelota quedaste?
ResponderEliminarEstimada, yo la hice mas sencillo, soy de Argentina, mi bebe nacio en junio, o sea pleno invierno, lleno de virus , gripes y resfrios, me paso que hasta vinieron a verlo engripado, al punto que termine prohibiendo las visitas...
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