La maternidad de la A a la Z: T de Tiempo

Por segunda vez, (mi primera fue la semana pasada con la L de Leona) me uno a este carnaval bloggero que me requeteencanta. Ha sido todo un descubrimiento. Me parece de lo más enriquecedor que se hace en la blogosfera. Así que antes de empezar mi entrada, mando desde aquí un fuerte aplauso con toda mi admiración a TRIMADRE A LOS 30.

Y ahora sí, vamos allá con la T de Tiempo. Según la RAE:

tiempo.

(Del lat. tempus).

1. m. Duración de las cosas sujetas a mudanza.

2. m. Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Su unidad en el Sistema Internacional es el segundo.

3. m. Parte de esta secuencia.

4. m. Época durante la cual vive alguien o sucede algo. En tiempo de Trajano. En tiempo del descubrimiento de América.

5. m. estación (‖ del año).

6. m. edad (‖ tiempo vivido).

7. m. edad (‖ de una cosa).

8. m. Oportunidad, ocasión o coyuntura de hacer algo. A su tiempo. Ahora no es tiempo.

9. m. Lugar, proporción o espacio libre de otros negocios. No tengo tiempo.

10. m. Largo espacio de tiempo. Tiempo ha que no nos vemos.

11. m. Cada uno de los actos sucesivos en que se divide la ejecución de algo; como ciertos ejercicios militares, las composiciones musicales, etc.

12. m. Estado atmosférico. Hace buen tiempo.

13. m. Esgr. Golpe que a pie firme ejecuta el tirador para llegar a tocar al adversario. 

14. m. Gram. Cada una de las divisiones de la conjugación correspondientes al instante o al período en que se ejecuta o sucede lo significado por el verbo.

15. m. Mar. Tempestad duradera en el mar. Correr un tiempo. Aguantar un tiempo.

16. m. Mec. Fase de un motor de explosión o combustión interna.

17. m. Mús. Cada una de las partes de igual duración en que se divide el compás.

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Como se puede apreciar, tiempo es una palabra con un concepto más bien amplio, (y eso que he dejado por copiar los ejemplos, ampliaciones y demás que ponía el diccionario de la RAE, porque si no, adiós entrada). Es un palabro que abarca más que mucho. De hecho, al menos a mi modo de ver, lo abarca todo. Y eso, no sé si es bueno o malo, pero es lo que hay.

Desde que soy madre, mi tiempo no es el mismo, en ninguna de sus acepciones. 

Si pienso en tiempo como la duración de las cosas me da el ataque. Porque es justo lo que no tengo. Me falta por todas partes. Estoy convencida de que cuando te conviertes en madre, hay un señor bajito con muy mala leche y al que no vemos porque, como ya he dicho, es enano, que va con una aguja de hacer ganchillo y que se dedica a hacernos agujeros en los bolsillos en los que llevamos el tiempo guardado; y claro, vamos perdiéndolo por todas partes (¡anda! igual los chorritones que acabo de descubrir por el suelo del pasillo y que son CHOPNI: CHOrritones Pegajosos No Identificados, ¡¡son tiempo!!, ya está claro...). 
Pero lo mejor de todo es que, a pesar de que tenemos que estirar el tiempo en plan "guarro", (sí, en plan chicle que me saco con un par de dedos de la boca y lo estiro taaaaaaaaanto que se me sale del todo y le da al que está a mi lado en el bus, con tan mala pata que es alguien a quien conozco)... ¡Llegamos a todo! Conseguimos encajar 25 actividades diferentes en 14 minutos, cosa que matemáticamente ya es difícil de repartir y suena a división pelín putingui, ¿eh? Pues lo hacemos: recogemos ropa, tendemos, pintamos uñas de purpurina, hacemos papilla y la damos, contamos un cuento, chupamos un chupete que ha caído al suelo, hacermos un avión de papel, cambiamos pañal, cantamos "el tallarín" bailecito incluído... Y además, nos da tiempo a escribir un "wassap" al grupo de cuquimamis contando, con pelos y señales, tooodo lo que estamos haciendo en ese mismo instante.
Así que, si me quedo con esta acepción de tiempo, la conclusión a la que llego es que las mamis modernas ¡somos la puta caña del mundo mundial y de España!
Ahora, que la que hace referencia al estado atmosférico, también me mola. Ésa es colaboradora directa de la anterior acepción. Sí, porque consigue que tengas un dolor de cabeza más que añadir a tu lista de acividades: llenar el carro, la bolsa y/o el coche de "por sis". Y ahí viene la interminable lista: por si llueve porque el cielo está gris oscuro y huele a lluvia, por si hace calor y le da en la cara todo el sol, por si hace viento y frío, por si hace viento y quema porque viene de África cargadito de buen humor... Y todo esto, lo haces en el segundo sobrante que te quedaba, y que ¡acaba de pasar!
Como veis, nuestro amigo el tiempo, venga con el disfraz que venga, muy amigo de las buenas obras no es. Más bien es un pelín puñetero. De ahí que el "tiempo para mí" que toda madre debería tener, directamente ni exista; se ve que ése es el tránsfugo del grupo, por eso la RAE ni lo menta... ¿pa' qué?
Para terminar, me quedo con dos acepciones más de la palabreja en cuestión, la que habla de tiempo como la magnitud que permite establecer un pasado, un presente y un futuro, y la que dice que el tiempo y la edad son hermanos mellizos, porque ambas son las responsables directas, no sólo de que me haya descubierto una cana en el lugar menos pensable de todos los lugares posibles, sino porque además son quienes está haciendo que Pichu y Pollito crezcan a la carrera, sin posibilidad de retorno, avanzando peligrosamente hacia el futuro, que cada vez se disfraza más de presente. Y a mí, señores, eso sí me da mucho miedo. Porque a ese tiempo, ni lo veo venir ni lo controlo, va a su bola, huidizo, veloz, ávido de momentos irrepetibles y sediento de "esto no volverá"... Y asusta pensar que mis pequeños, en menos que canta un gallo, se habrán convertido en dos personitas a las que ya no acunaré ni cantaré más para ayudarles a conciliar el sueño.
Querido tiempo, ¿acaso no te han dicho nunca que "las prisas no son buenas"?

CON M DE MAMÁ y T de Tiempo