... de muchas cosas y de ninguna.
Podría hablar del día y la noche.
Podría hablar del sol y la lluvia.
Podría hablar del frío y el calor.
Podría hablar del cielo y la tierra.
Podría hablar del sol y la luna.
Podría hablar de los árboles y los arbustos.
Podría hablar de mamíferos e insectos.
Podría hablar de las piedras y las plantas.
Podría hablar de los niños y los viejos.
Podría hablar del ladrillo y la paja.
Podría hablar de zapatos y pies descalzos.
Podría hablar de la sonrisa y el mal gesto.
Podría hablar de la carcajada y el llanto.
Podría hablar de la sal (de mis lágrimas) y el azúcar (de la vida).
Podría hablar del agua y del chocolate.
Podría hablar del mar y los ríos.
Podría hablar del aquí y el allá.
Podría hablar del ayer y del mañana.
Podría hablar del blanco y el negro.
Podría hablar de la amistad y la enemistad.
Podría hablar del amor y el desamor.
Podría hablar de la flor y las cenizas.
Podría hablar del bastante y el insuficiente.
Podría hablar del antes y el después.
Podría hablar de la abeja y el zangano.
Podría hablar de tener y desear.
Podría hablar de volar y caminar.
Podría hablar de la muerte.
Podría hablar de VIDA.
Podría hablar de ti, del echarte de menos, del querer quererte, de querer abrazarte, hablarte y mirarte... De escuchar tu voz, tus frases de PADRE, mirar tus ojos verdeazulados, admirar tu sonrisa...
Podría hablar de tus manías, tus costumbres, tus aciertos, tus consejos, tu actitud frente a la vida, tu respeto, tu discreción, tu saber estar.
Podría hablar del homenaje a la VIDA que nos has dejado grabado a fuego en el corazón.
Y sin embargo... Yo sólo puedo llorarte, recoger mis lágrimas en un cacito, dejarlas al sol y pedirles que vuelen a ti en forma de vapor, y que te besen las mejillas, ya que yo no llego tan alto.
Y mientras tanto, escuchar como Pichu, con la mirada inmensa e interrogante me pregunta "¿aquí en este colgante está el abuelo?". Y escuchar como, ante mi respuesta de "no, cariño, aquí no está el abuelo" ella insiste, mientras me mira con esa mirada de mar y cielo tan suya: "sí, mamá, está aquí, ¿no lo ves? Mira, huele al abuelo. Él está aquí, en ti" mientras me ofrece mi colgante y me abraza.
Estoy segura de que eso se lo has chivado tú en sueños para que me lo diga, porque sabes que mi pequeña hada tiene ese poder "curativo" sobre mi alma.
Hoy podría hablar de muchas cosas PAPÁ, y sin embargo, dejaré que el silencio tome la palabra. Así, mientras podré cerrar los ojos y HABLAR CONTIGO.
Con M de Mamá
Qué preciosidad de post... Qué palabras tan desgarradoras y preciosas a la vez.
ResponderEliminarTe diré una cosa: yo estuve mucho tiempo soñando que mi madre no se había ido. Recuerdo el sueño como si fuera ayer, era tan real que me despertaba con el corazón a mil por hora... Pensando "¿lo veis? Ha sido todo un error, ella está viva... Acabo de abrazarla..."
Era duro, mucho, recuperar el aliento y ver que no, que la pesadilla era real, que se había ido para siempre...
Pero aquí, dentro de mí, siempre quedará el recuerdo de ese abrazo en sueños.
Y ella siempre va conmigo, como dice tu pequeña, en mi collar o en mi ropa... Pero siempre conmigo.
Aprenderás a vivir con ello, no puedo decirte a superarlo, lo siento. Pero a vivir con ello, sí.
Un abrazo inmenso
Podria hablar de muchas cosas,pero sobre todo de la persona que intuia y que me estas demostrando ser.
ResponderEliminarPodria hablar tambien de lo muchisimo que me gustaria acercarme ahí, darte un abrazo y llorar y reir contigo.
No comment...
ResponderEliminarNo comment...
ResponderEliminarPodrias hablar que detrás de una gran hija había un gran padre, pero a veces el silencio dice mas que las palabras, y seguro que el desde lo mas alto seguira con orgullo lo que no puede disfrutar en el mundo terrenal.
ResponderEliminarAy... No puedo decir más.
ResponderEliminarDurante mucho tiempo (años) mi madre estaba presente en mis sueños como si nunca se hubiera marchado. Tú foto me ha removido algo dentro. No te conozco pero te mando un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarUffff... Sin palabras.... NO sé qué va a ser de mí cuando me llegue el momento
ResponderEliminarHabla del gran refugio que son tus hijos para tu dolor, estoy segura que en los peores momentos, sus abrazos son el bálsamo curativo para tu alma. Un besazo Noni, precioso post
ResponderEliminarYo no tengo palabras, Noni. Sólo un gran nudo en la garganta y los ojos vidriosos por el caudal de sentimientos que has volcado en esta entrada. Gracias, gracias y mil gracias por compartir con los demás ese maravilloso don de la palabra que tienes. Besazos.
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