Bueno, pues éste es el día en que vamos a por la cuarta entrada en el súper carnaval alfabético de Vero, de Trimadre a los 30. Insisto en que no sólo es adictivo por el escribir en sí y poder explayarte a gusto, sino por la suerte de poder leer a los "compis carnavaleros". ¡Me encanta! (Vero, ¿has pensado en editarlo en plan maxi enciclopedia de consulta? ;) )
Así que si estás leyendo esto... Te invito a que leas los blogs que encontrarás más abajo, porque me juego mis mechas californianas (conseguidas con mucho esmero y amor, a fuerza de no tener tiempo ni de ir a la pelu) a que te van a sorprender.
Y dicho esto, me lanzo de lleno con la letra que he elegido para esta semana.
Después de haber usado la L de Leona y la T de Tiempo y de Teta, con las que me sentí muy cómoda, esta vez me quedo con la S de Seguridad. A ver qué de nuevo nos aporta esta serpiente, digo letra.
Según el diccionario de la RAE:
seguridad.
1. f. Cualidad del ordenamiento jurídico, que implica la certeza de sus normas y, consiguientemente, la previsibilidad de su aplicación. En España es un principio constitucional.
1. f. Organización estatal que se ocupa de atender determinadas necesidades económicas y sanitarias de los ciudadanos.
1. loc. adj. Dicho de un ramo de la Administración Pública: Cuyo fin es el de velar por la seguridad de los ciudadanos. Agente de seguridad.
2. loc. adj. Dicho de un mecanismo: Que asegura algún buen funcionamiento, precaviendo que este falle, se frustre o se violente. Muelle, cerradura de seguridad.
□ V.
válvula de seguridad
Dejad que antes de ponerme seria le dé un toque de humor negro al post, porque ha sido leer la definición de Seguridad Social (Ira, querida amiga, igual deberías plantearte ir a tu estupendo médico con la definición bajo el brazo, que tal vez la RAE le imponga más que tú) y ver el enlace de "beneficiario de la seguridad social" aquí bajo del todo y entrarme la risa. Risa más que nada porque tal y como está el patio lo de ser beneficiario no sé yo hasta qué punto es cierto y SEGURO, así que, con todos mis respetos, igual mi querida y admirada RAE debería plantearse quitarlo de aquí y ponerlo como sinónimo de Utopía (¿no, Pao?), Ilusión, Quimera (con tu permiso, Nieves) o directamente Imposible... Y si no, tiempo al tiempo.
Podría analizar, muy en la línea que he cogido en este carnaval, acepción por acepción, pero hoy he decidido hacerlo diferente, que en la variedad está el gusto.
Así que me voy directa a SEGURIDAD como cualidad de seguro y lo que esta palabreja implica o representa para la Maternidad.
Cuando la maternidad llega a tu vida, con toda SEGURIDAD, llega para remover tu mundo de tal manera que un tsunami a su lado es pura calma. Todos y cada uno de los aspectos de tu vida que tenías perfectamente ordenados, o perfectamente desordenados, de pronto, pegan un giro de 180º. Y ya no hay ni vuelta atrás ni devolución posible. La has liado parda.
La maternidad aporta muchísimas cosas cuando llega, positivas en su mayoría, pero también alguna negativa, aunque son la menos y se compensan de sobra con todo lo bueno.
Cuando eres madre primeriza la proporción entre el amor hacia tu nuevo tesoro y las dudas sobre vuestra nueva vida en común crecen de la mano. Y a pesar de todas esas dudas, y momentos de inSEGURIDAD, sales adelante y te las apañas tan ricamente. Es más, la maternidad es tan original que tarda más bien poco en transformar tu inSEGURIDAD en su amiga la opuesta, y, sin saber cómo, te ves actuando, pensando, reaccionando y solucionando a la velocidad del rayo situaciones que nunca pensaste que pudieras controlar. Y todo ello con total SEGURIDAD, sacando todo tu instinto a relucir y yendo, en ocasiones, a contracorriente.
Cuando te conviertes en madre, biológica, adoptiva o de acogida, tienes la SEGURIDAD de que nada ni nadie tocará jamás a tus retoños para hacerles mal, porque ya estás tú a su lado, como atenta vigía, dispuesta a medirte con quien lo intente. Y te aseguras de que además del amor, la confianza, la protección y la felicidad, tus hijos se empapen de SEGURIDAD. De la SEGURIDAD de saberse amados, atendidos y deseados.
Si quisiera entrar en polémicas (o no, que total, aquí sólo venimos a opinar, nunca se habla con el ánimo de juzgar), relacionaría Estivill y SEGURIDAD... Sí, tal cual. Pero por todo lo contrario. A ver, para que nos entendamos: lo de que si dejo llorar a mi hij@ durante unas pautas de tiempo, en aumento progresivo, que alguien ha decidido que son estupendas sin ningún tipo de apoyo científico, le ayuda a ser una persona segura... Mmmm... Vale, venga, voy a repetírmelo rollo mantra, que igual así acabo entendiéndolo con toda SEGURIDAD: Que si dejo llorar a mi hijo durante...
Que no. Que ni lo pillo, ni lo entiendo, ni le veo la lógica. Lo que sí que veo es una clara inclinación a conseguir el descanso de los progenitores de las criaturitas, sin más. Pero... ¿conseguir que así sean "autoloquesea"? Ni de broma, vamos.
Cuando una persona llora, necesita que alguien le pregunte porqué o que simplemente le dé un abrazo. Eso es transmitir SEGURIDAD.
Cuando una persona no se siente bien ante una situación que le desconcierta, necesita sentir la SEGURIDAD de que todo estará bien.
Cuando una persona ha tenido un día duro, o simplemente largo, necesita compartir con sus seres más allegados su sentir, sus experiencias, su cansancio. Necesita compañía porque eso le aporta SEGURIDAD.
Muy bien. Esto lo entendemos todos y lo vemos más que lógico... Ya... ¿Y por qué a nuestros hijos les vamos a privar de eso? ¿En qué manual de maternidad indica que para criar a nuestros hijos dentro de un clima de SEGURIDAD y confianza, hemos de negarles precisamente ambas?
Si quiero darle un vuelco inesperado a estas líneas hablaré de la SEGURIDAD como cualidad que inevitablemente adquirimos a la fuerza cuando nos convertimos en mamás.
Yo no me considero una persona que haya demostrado un nivel de SEGURIDAD especialmente alto a lo largo de mi vida, he sido bastante dubitativa en múltiples ocasiones. Sin embargo, esto cambió en el momento en que Pichu estaba pujando por salir. No tuve duda en ningún momento de como tenía que ayudarla, sabía que ella a su vez me estaba ayudando a mí. Y la historia se repitió con su hermano. Desde el momento en que tuve a cada uno de mis pequeños en mi regazo sentí que podía con todo, que iba a ponerme el mundo por montera y a dejarme la piel por ambos.
Desde mi primer alumbramiento he vivido situaciones más que difíciles (y quién no, ¿verdad?) y a todas ellas me he enfrentado con la SEGURIDAD de que podía con todo, porque soy madre, porque he dado vida, porque tengo una pitufa y un enanito que dependen de mí, porque flaquear no está en mi diccionario cuando de ellos se trata.
Si además extiendo el ala, mi SEGURIDAD se junta con la que me proporciona mi compañero de viaje, mi compañero de vida, mi compañero en esta aventura de ser madre, que no es otro que el padre de mis dos tesoros. SEGURIDAD entendida como confianza en pareja, como entendimiento con sólo una mirada, un gesto. SEGURIDAD y tranquilidad cogidas de la mano y viajando a mil por hora en este loco mundo de padres e hijos. SEGURIDAD entendida como lo que nos aportamos mutuamente cuando necesitamos descansar un segundo y hacernos pequeñitos y dejarnos mimar.
SEGURIDAD es para mí sinónimo de FAMILIA, de PROYECTO DE FUTURO.
SEGURIDAD es sinónimo de HIJA. Sinónimo de HIJO. Sinónimo de PAREJA.
Y tengo la completa SEGURIDAD de que aún nos queda mucho por recorrer, por sortear, por resolver... en este camino de la ma/paternidad. Y sin embargo, estoy SEGURA de que será tan gratificante como hasta ahora.
CON M DE MAMÁ y S de SEGURIDAD
Podría analizar, muy en la línea que he cogido en este carnaval, acepción por acepción, pero hoy he decidido hacerlo diferente, que en la variedad está el gusto.
Así que me voy directa a SEGURIDAD como cualidad de seguro y lo que esta palabreja implica o representa para la Maternidad.
Cuando la maternidad llega a tu vida, con toda SEGURIDAD, llega para remover tu mundo de tal manera que un tsunami a su lado es pura calma. Todos y cada uno de los aspectos de tu vida que tenías perfectamente ordenados, o perfectamente desordenados, de pronto, pegan un giro de 180º. Y ya no hay ni vuelta atrás ni devolución posible. La has liado parda.
La maternidad aporta muchísimas cosas cuando llega, positivas en su mayoría, pero también alguna negativa, aunque son la menos y se compensan de sobra con todo lo bueno.
Cuando eres madre primeriza la proporción entre el amor hacia tu nuevo tesoro y las dudas sobre vuestra nueva vida en común crecen de la mano. Y a pesar de todas esas dudas, y momentos de inSEGURIDAD, sales adelante y te las apañas tan ricamente. Es más, la maternidad es tan original que tarda más bien poco en transformar tu inSEGURIDAD en su amiga la opuesta, y, sin saber cómo, te ves actuando, pensando, reaccionando y solucionando a la velocidad del rayo situaciones que nunca pensaste que pudieras controlar. Y todo ello con total SEGURIDAD, sacando todo tu instinto a relucir y yendo, en ocasiones, a contracorriente.
Cuando te conviertes en madre, biológica, adoptiva o de acogida, tienes la SEGURIDAD de que nada ni nadie tocará jamás a tus retoños para hacerles mal, porque ya estás tú a su lado, como atenta vigía, dispuesta a medirte con quien lo intente. Y te aseguras de que además del amor, la confianza, la protección y la felicidad, tus hijos se empapen de SEGURIDAD. De la SEGURIDAD de saberse amados, atendidos y deseados.
Si quisiera entrar en polémicas (o no, que total, aquí sólo venimos a opinar, nunca se habla con el ánimo de juzgar), relacionaría Estivill y SEGURIDAD... Sí, tal cual. Pero por todo lo contrario. A ver, para que nos entendamos: lo de que si dejo llorar a mi hij@ durante unas pautas de tiempo, en aumento progresivo, que alguien ha decidido que son estupendas sin ningún tipo de apoyo científico, le ayuda a ser una persona segura... Mmmm... Vale, venga, voy a repetírmelo rollo mantra, que igual así acabo entendiéndolo con toda SEGURIDAD: Que si dejo llorar a mi hijo durante...
Que no. Que ni lo pillo, ni lo entiendo, ni le veo la lógica. Lo que sí que veo es una clara inclinación a conseguir el descanso de los progenitores de las criaturitas, sin más. Pero... ¿conseguir que así sean "autoloquesea"? Ni de broma, vamos.
Cuando una persona llora, necesita que alguien le pregunte porqué o que simplemente le dé un abrazo. Eso es transmitir SEGURIDAD.
Cuando una persona no se siente bien ante una situación que le desconcierta, necesita sentir la SEGURIDAD de que todo estará bien.
Cuando una persona ha tenido un día duro, o simplemente largo, necesita compartir con sus seres más allegados su sentir, sus experiencias, su cansancio. Necesita compañía porque eso le aporta SEGURIDAD.
Muy bien. Esto lo entendemos todos y lo vemos más que lógico... Ya... ¿Y por qué a nuestros hijos les vamos a privar de eso? ¿En qué manual de maternidad indica que para criar a nuestros hijos dentro de un clima de SEGURIDAD y confianza, hemos de negarles precisamente ambas?
Si quiero darle un vuelco inesperado a estas líneas hablaré de la SEGURIDAD como cualidad que inevitablemente adquirimos a la fuerza cuando nos convertimos en mamás.
Yo no me considero una persona que haya demostrado un nivel de SEGURIDAD especialmente alto a lo largo de mi vida, he sido bastante dubitativa en múltiples ocasiones. Sin embargo, esto cambió en el momento en que Pichu estaba pujando por salir. No tuve duda en ningún momento de como tenía que ayudarla, sabía que ella a su vez me estaba ayudando a mí. Y la historia se repitió con su hermano. Desde el momento en que tuve a cada uno de mis pequeños en mi regazo sentí que podía con todo, que iba a ponerme el mundo por montera y a dejarme la piel por ambos.
Desde mi primer alumbramiento he vivido situaciones más que difíciles (y quién no, ¿verdad?) y a todas ellas me he enfrentado con la SEGURIDAD de que podía con todo, porque soy madre, porque he dado vida, porque tengo una pitufa y un enanito que dependen de mí, porque flaquear no está en mi diccionario cuando de ellos se trata.
Si además extiendo el ala, mi SEGURIDAD se junta con la que me proporciona mi compañero de viaje, mi compañero de vida, mi compañero en esta aventura de ser madre, que no es otro que el padre de mis dos tesoros. SEGURIDAD entendida como confianza en pareja, como entendimiento con sólo una mirada, un gesto. SEGURIDAD y tranquilidad cogidas de la mano y viajando a mil por hora en este loco mundo de padres e hijos. SEGURIDAD entendida como lo que nos aportamos mutuamente cuando necesitamos descansar un segundo y hacernos pequeñitos y dejarnos mimar.
SEGURIDAD es para mí sinónimo de FAMILIA, de PROYECTO DE FUTURO.
SEGURIDAD es sinónimo de HIJA. Sinónimo de HIJO. Sinónimo de PAREJA.
Y tengo la completa SEGURIDAD de que aún nos queda mucho por recorrer, por sortear, por resolver... en este camino de la ma/paternidad. Y sin embargo, estoy SEGURA de que será tan gratificante como hasta ahora.
CON M DE MAMÁ y S de SEGURIDAD
Noni hermosa! Tengo la Seguridad de quererte cada día más. Hoy me emocionaste con tu entrada y me caló muy hondo porque lo siento igual. Desde que somos mamás todas las inSeguridades se disipan como por arte de magia y damos todo de nosotras por ell@s. El método Estivill me parece de una comodidad y una crueldad absoluta, mirá que dejar llorar a un chico para que no rompa las pelotas es impensable para mí. Bellísimo de principio a fin...
ResponderEliminarMe descostillé con lo de seguridad social... los de la RAE son buenos humoristas después de todo.
Besotes con S de siamesa 2.0
Mi querida siamesa! Y yo a ti! Tengo dos grandes amigas argentinas, una de Córdoba, aunque hace años que vive aquí, y la otra vive en Chicago (es estadounidense de nacimiento pero paso su infancia y adolescencia allí), y hablar contigo es como estar con ellas, y me encanta. "Tenés" el mismo humor, el mismo toque irónico fino que me encanta y a la vez toneladas de dulzura!
EliminarMil gracias por leer la entradita y disfrutarla!!!
Mil besos cruzando el charco!!!
Ciertamente cuando somos madres nos volvemos más seguras que nunca, afuera lo in (inseguro, incómodo, incoloro, insípido) todo eso quedó atrás... la verdad es que me encantó que dijeras que la maternidad remueve toda nuestra vida porque así es. Los compañeros de trabajo afirman que yo ahora soy más peleona y más a la defensiva que antes, yo les digo que siempre he sido así, pero ellos insisten en que desde que nació mi peque ha aflorado más esa parte en mi, y es cierto, porque ahora no me dejo intimidar y no me quedo callada porque tengo la seguridad de que debo defender mi espacio y mi horario con mi familia ahora más que nunca, por eso me encantó como desarrollaste esta palabra; muchas pensamos igual que tú. Abrazos
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo!!! yo no he tenído más seguridad en mi vida!!!
ResponderEliminarPues con toda seguridad ésta es una gran entrada y viene muy a cuento con todo lo que pasa en estos momentos después de la m/paternidad.
ResponderEliminarSalu2
Fomentar la autoestima y por ende la seguridad en uno mismo es uno de los mejores regalos que podemos hacerles a nuestros hijos.
ResponderEliminarUn beso!
pues si... es de gran importancia sentirse seguro dentro de un grupo y seguro de uno mismo... yo pienso que la maternidad hace que no tengamos más remedio que irradiar seguridad... pues nuestros peques necesitan esa seguridad nuestra para no tambalearse....
ResponderEliminarNoni, genial entrada amorrrrr!!!! Hilando las distintas acepciones de seguridad, porque tenemos (in)seguridades como madres y y también sufrimos/disfrutamos de la necesidad de seguridad de nuestros hijos...
ResponderEliminarPero también hablas de la seguridad como persona, como pareja, como parte de una familia y por tanto, como zona de certidumbre en la que te sientes protegida y amada. Porque eso es lo que nos da la maternidad, una familia llena de reciprocidades donde alimentar cada día las relaciones y las aptitudes que nos dan SEGURIDAD.
¡¡GENIAL REFLEXIÓN!! Respecto a Estivill... hummm... en mi opinión, crea a niños independientes, cuando lo deseable es que los niños sean autónomos. Cuando uno no obtiene de su ser de referencia el calor, el cariño y la comprensión que suponía natural e incuestionable, tiene que aprender a no esperar nada de los demás. Eso es tremendamente triste. Creo que lo que buscamos en que nuestros hijos sean autónomos, no asociales, y para ello necesitan que les "acompañemos" y les demos seguridad hasta que sean capaces de tener las herramientas necesarias para "funcionar" solos. Son cosas muy distintas, así que yo no comparto el método Estivill ni ningún otro que parta de la premisa del sufrimiento infantil. Pero bueno, como todo es opinable, e igual me estoy extendiendo de más en este tema... Sorry...
Un besazo!!!
Gracias por la mención y totalmente de acuerdo con esa parte, además!
ResponderEliminarHas tocado mi fibra sensible... La SEGURIDAD es clave en toda madre, y aquellas personas que vienen a cuestionar las difíciles decisiones que tenemos que tomar cada día deberían entenderlo. No se trata de dar la razón en todo, sino de apoyar, comprender, tener empatía, dar apoyo. La seguridad de la familia y amigos es básica para cualquier madre, sobre todo al principio... Y muy pocos parecen entenderlo.
Bravo.
Si tras dar a luz me hubieras vaticinado lo segura de mí misma que me iba a sentir como mamá no te hubiera creído! Por favor, si me daba pánico hasta cambiar un pañal! Pero poco a poco, me di cuenta de que solo yo conocía a mi bebito de esa milagrosa manera en que lo conoce una madre y listo! las dudas se fueron bien lejos! Claro, eso no significa que ahora no tenga dudas, sino que confío en mí para informarme y resolverlas.
ResponderEliminarUn beso Noni.
Poco mas se puede añadir a tu entrada, en cada situación complicada saco fuerzas de donde sea para superarla sin que mis peques sufran.
ResponderEliminarGenial palabra. Un beso!
fantástica entrada, no le puedo poner ni un solo pero a lo que has escrito... da mucho en que pensar.. feliz día
ResponderEliminarDesde que soy madre siento que soy la seguridad de mi hijo, quien debe mostrarle el cariños para que se sienta seguro... toda´via tengo mucho que aprender, pero cada día me siento más fuerte por él, porque por él lo doy todo.
ResponderEliminarla maternidad hacer que sintamos seguridad y a la vez la damos...
Besos!!!
Completamente de acuerdo con la reflexión que haces. Todos necesitamos a alguien que nos arrope, y los niños a los únicos que tienen es a sus padres. Si estos le fallan, normal que no se sienta seguro al crecer. Es de perogrullo.
ResponderEliminarEnhorabuena!
yo soy superinsegura y tengo q intentar no transmitirselo a mi hija.Es difícil pero después de este post es màs fácil.Gracias Noni
ResponderEliminarPuedes tener la seguridad que a todas nos ha gustado mucho tu entrada.
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