13 de febrero de 2013

LA BURBUJA DE LLUVIA o "No se puede ser más torpe"


No. No se puede. O al menos eso es lo que la estupenda burbuja de lluvia del carro de Pollito quiere que piense. 
Menos mal que el sábado me despedí de ella para siempre, porque como Pollito ha pasado a ser ya "un señor Pollo" y el pobre ya iba encajado en el capazo, pues hemos cambiado a sillita, y con ella de burbuja. Y ésta ya es otro cantar. Tiene la forma lógica como para que sepas que la parte A va con la zona A, y la parte B va con la zona B... Y aun así también tiene su aquel, no te creas.

Pero la otra burbuja... ¡Ésa estaba hecha con mala leche! Que de cuatro veces que la he usado (y por viento, no por lluvia, que tiene guasa el asunto)... ¡Cada una la he puesto de una manera!
Igual debería aclarar qué es una burbuja de lluvia para aquell@s que no tengáis ni idea de qué hablo. Bueno, ésta sería para mí, más o menos, una definición apropiada: "Trozo de plástico resistente y transparente, combinado en ocasiones con alguna parte opaca, de forma indefinida e indescriptible, con 850 colgajos entre pedacitos de goma elástica, cuerdas, cuerdas con botón, botones y un largo etc, que tiene como fin proteger el carro del bebé de las inclemencias meteorológicas tales como lluvia y viento, pero que va sin instrucciones de uso porque ni los mismos fabricantes saben cuál es su colocación exacta."

De ahí que la gran mayoría de veces que la usamos, como diría una conocida mía en uno de sus comentarios algo desafortunados, tengamos que "encomendarnos al espíritu santo". 

O sea, que si es día de burbuja... desayuno una infusión relajante a base de tila, melisa y valium. El día B, o "día de Burbuja", me paso el día mirando por la ventana del salón y comprobando el movimiento del toldo de la finca de más allá y de las copas de los árboles, y pidiéndole al universo que "por favor, por favor, que pare el viento". Conforme avanza el día y se acerca el momento de salir sí o sí, primero lloro y después, ante la inevitable realidad, calculo media hora más de la que suelo necesitar porque, como todo artista, he de prepararme para el "chou". A todo esto, como Pollito nos ha salido pelín naturista y/o exhibicionista, lleva mal (o muy mal) el tema chaquetas, mono polar, manta siberiana, saco con forro y todo lo que tenga que ver con la preparación para salir... Así que el numerito lo hago por actos (¿veis? Soy artista). 

1er acto: Vestir a Pollito, con las capas justas y necesarias. 
2do acto: Meter a Pollito en el carro. A esto ahora hay que sumarle colocar bien el saco y atarlo con los arneses. 
3er acto: Abrigarme, coger bolso y salir. 
4to acto: Ponemos primera capa en el ascensor. 
5to acto: Ya en el patio, colocamos bien las mantitas y acomodamos bien al principito para que, ya que va "atado", al menos vaya comodísimo. 
6to acto: Cerramos saco y bajamos capota. Salimos. 
7to acto: Comprobamos que lo que acaba de pasar era un contenedor de basura volando y nos resignamos... Hay que poner burbuja. 
8vo paso: Ponemos burbuja. 
9no paso: Quitamos burbuja y la colocamos de otra manera. 
10mo paso: Volvemos a quitar y poner. Miramos la hora. Nos entra el ataque. Maldecimos en idiomas que ni conocemos... Y ¡salimos a saludar al mundo! 

Y de repente, empezamos a oír vítores y aplausos. No, no me he vuelto majara. Los oímos... ¡Es la p... burbuja, que además de mala leche, tiene un humor a lo Woody Allen que hay que saber entender, y que va medio volando sobre el carro, y chocando contra la capota, el lateral del carro, la bolsa de "por sis" y tu cara! Y eso, llámalo casualidad o ironía de la vida, hace un sonido como de aplauso. Total que, cuando llegamos a nuestro destino, mi aspecto no tiene nada que ver con el original: Ahora llevo un mocho por cabello, y mi cara parece la de un payaso de terror, porque el viento ha decidido hacerme "la toga" a su manera y la burbuja me ha pegado tantas bofetadas que de tanta lágrima se me ha corrido el rímel y mi nariz parece la de Rudolph. Vamos, que doy pena. Mucha pena. 

Así que desde aquí quiero mandar un cariñoso saludo a todos los fabricantes de burbujas de lluvia del mundo, con toda mi admiración y respeto, porque ¡mira que tiene que ser difícil inventar algo que ni tú mismo sabrías colocar! ¡Un saludo! 
Y de paso les doy las gracias por haber hecho posible mi gran afición y/o dependencia a las infusiones relajantes, mi obsesión por mirar por la ventana a toda hora (que ni la "vieja del visillo" de Jose Mota), y que me hayan crecido dos "gadgeto-brazos" más, que me ayudan a ir cogiendo la burbuja mientras me tapo la cara para evitar que ésta me flagele y empujo el carro. 
¡Gracias! Sin duda, mi vida sin vuestra burbuja sería mucho menos emocionante. 

CON M DE MAMÁ 

2 comentarios:

  1. Qué bueno! Lo siento, pero me he reído mucho (y la mitad de la risa es porque al mismo tiempo que leía, me estaba acordando de la burbuja de mi carro gemelar).

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    1. ¡Dios! Gemelar ya tiene que ser para que te encierreeeeeen ;-)

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