5 de diciembre de 2015

Ver, interiorizar y reproducir.

Los niños lo absorben todo. Se quedan con todo. Lo reviven todo un tiempo después en sus cabecitas, cuando nosotros ya ni nos acordamos de aquello que pasó hace tiempo.
Ayer por la noche Rubiazo me quiso contar un cuento. Yo estaba en la cama con anginas, muy floja, sin poder ni tragar saliva después de haber forzado la máquina toda la semana.
El cuento que llevaba cuando subió a mi cama era uno que habla de un osito y su camión. Sin embargo, él, mientras pasaba las páginas, me contó el siguiente cuento, con sus frases cortas y a veces mezcladas: "Pepito estaba muy cansado y le dolía la pancha. Quería estar con su mamá. Luego no podía hacer caca, pero luego se hizo caca encima y su mamá le puso "eso" en el culete y ya no se hizo más caca. Y él sabe que su mamá es una guapa."
Resulta que el viernes pasado Rubiazo llegó cansadísimo del cole, pasó toda la tarde lloriqueando, ñoño, protestando por todo y, cosa extraña en él, no quiso ni cenar. Sólo quería estar conmigo, tomar pecho y dormir. El sábado por la mañana se levantó mejor, sin embargo, al poquito rato, el pobre estaba con diarrea. Como no podía controlar cuando hacía y se sentía mal e incómodo, se me ocurrió ponerle un salvaslip como emergencia, explicándole que eso, al menos, le iba a proteger un poquito y así no se mancharía los pantalones y se sentiría menos agobiado. La verdad es que el socorrido salvaslip lo alivió mucho y, además por suerte, a mitad mañana ya estaba bien.
No me cabe duda de que su cuento de ayer noche fue su manera de darme las gracias ❤ y de reconocer los cuidados que le di. Rubiazo se quedó con la tontería de invento sobre la marcha que le hice, y que evitó que volviera a mancharse y se sintiera mal. Ya hace un año que no usa pañal y, aunque ocurre muy de uvas a peras y siempre por la noche, no le gusta tener escapes; da igual que lo consolemos y le expliquemos que sólo ocurre cuando está muy dormido, que es algo normal y siempre esporádico, y no pasa nada. El caso es que a él el salvaslip le supuso una gran ayuda. Y su manera de decírmelo no pudo ser más dulce: a través de un cuento y con piropos. ❤
Los niños lo absorben todo, y tal cual lo reflejan.
Los padres deberíamos tener esto mucho más presente de lo que lo tenemos en algunas ocasiones. Ellos no sólo ven, oyen y callan. Ellos ven, interiorizan y reproducen. Son nuestros reflejo más fiel, para bien o para mal.
Todos, yo la primera, deberíamos tener más en cuenta que para nuestros pequeños somos los espejos donde mirarse, y que su imagen, con todo lo que ello conlleva, es una proyección de nosotros mismos.

CON M DE MAMÁ Y H de HIJOS

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