Sucede cuando menos te lo esperas pero cuando más lo necesitas. De pronto suena una canción, que no tiene por qué ser especial, pero que tiene un no se qué, unos acordes muy melódicos, una letra con mensaje... Tiene algo diferente. Y te remueve, te transporta, te trae de vuelta a quien ya no está.
Y cae una lágrima, y luego otra, y luego tienes que parar el coche porque ya no ves la carretera.
Siempre ocurre cuando los días son duros, cuando las semanas parecen meses y cuando necesitarías que esa persona te cogiera el teléfono y te dijera justo las palabras que necesitas escuchar para volver a remontar el vuelo.
Porque a pesar de tener la felicidad como compañera de viaje casi constante, porque a pesar de saberte afortunada por los regalos que esta vida, la misma que te ha quitado parte de lo que más querías, te ha dado: tus hijos, tu compañero, tu familia y amigos... A pesar de ello, también caes, y te hundes, y dudas, y te agotas, y te culpas, y te fustigas pensando que podías haberlo hecho mucho mejor. Y es entonces cuando la voz de quien ya no está haría su magia, cuando su abrazo largo te cargaría las fuerzas, cuando su mirada de orgullo te haría sentir de nuevo grande y dejar a un lado tus lamentos.
Y es entonces cuando, por arte de Birlibirloque, suena esa canción.
A veces es la de siempre, la vuestra, la que un día compartisteis; a veces una de las suyas y otras una nueva que viene a decirte justo lo que necesitarías que esa persona dijera en ese momento. Y la magia ocurre. Las lágrimas se llevan el pesar. No está para abrazarte, ni para decirte que te tomes el asqueroso sobre de amoxicilina que de pequeña tirabas por la pila sin que lo supiera. Y es en ese instante cuando desearías volver a ser niña, sólo por unos minutos, sentirlo cerca preocupándose por ti y enfadándose porque no vas suficientemente abrigada, justo lo mismo que tú haces ahora con tus hijos.
Y la canción sigue sonando, sigue hablándote, sigue trayéndote a quien necesitas, pero a tu mente, en tus ojos, en tu corazón. Y tú sigues llorando...
DETAILS IN THE FABRIC
(pincha en el enlace para escuchar la canción más bonita de diciembre)
"Calm down
Deep breaths
And get yourself dressed
Instead
Of running around
And pulling all your threads
And breaking yourself up
If it's a broken part, replace it
If it's a broken arm then brace it
If it's a broken heart then face it
And hold your own
Know your name
And go your own way
Hold your own
Know your own name
And go your own way
And everything will be fine
Hang on
Help is on the way
And stay strong
I'm doing everything
Hold your own
Know your name
And go your own way
Hold your own
Know your name
And go your own way
And everything
Everything,
Everything will be fine
Everything
All the details in the fabric?
Are the things that make you panic?
Are your thoughts results of static cling?
Are the things that make you blow?
Hell, no reason go on and scream
If you're shocked it's just the fault
Of faulty manufacturing
Everything will be fine
Everything in no time at all
Everything..."
Así es. Sucede cuando menos te lo esperas pero cuando más lo necesitas.
CON M DE MAMÁ y D de DETAILS IN THE FABRIC
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