Las partes del todo

26 de agosto de 2015

Tú, yo y las adversidades

Lo nuestro empezó como cualquier otra historia: pura tontería. Aunque el azar me anunciaba poco antes que estábamos destinados a encontrarnos, jamás lo hubiera dicho.
Te vi por primera vez en la foto del curriculum que tenía que llevar donde trabajaba. La foto no te hacía justicia. Claro que las fotos pocas veces hablan del interior de su dueño.
Empezamos a trabajar juntos, aunque no donde tenía que entregar tu cv. Hablábamos lo normal entre compañeros, sobre el curro, sobre viajes, sobre nuestro presente, sobre música... Sobre todo de música. Y ya.
Un buen día quedamos. En realidad, una buena noche, porque sí, por curiosidad, por nada más allá que salir un rato con alguien con quien congeniábamos.
Cardenal Benlloch 82. Tú salías de una relación. Yo no quería entrar en ninguna.
Unos cuatro meses después te mudaste a mi piso independentista cuchitril. Dos años y cuatro meses más tarde nos casábamos. Justo cinco años después, mismo día, nacía nuestra Pichu. Y tres más bastaron para completar el cupo con Rubiazo.
Estábamos bien como estábamos entonces, pero sin querer empezamos a estar mucho mejor juntos. Y lo demás es nuestra historia.
No saliste huyendo ante todas mis rarezas familiares y mis sobremesas de telenovela en auge. Te quedaste como si tal cosa.
No ha habido año desde aquel 17 de diciembre en que las adversidades no hayan intentado reventarnos la moral y las fuerzas.
Lo que las adversidades no saben es que en el momento en que la vida nos cruzó se formó un equipo. No saben que entrenamos duro, a pesar del frío, la lluvia, el poniente o las pocas ganas. No saben que nos motivan los retos. No saben que basta un abrazo o una sonrisa o un intercambio de miradas para que el otro sepa que siempre seremos equipo y venceremos.
La verdad es que me considero lo suficientemente educada como para no mandar a la mierda a las adversidades, aunque no puedo evitar hacerles un corte de mangas cuando parece que no miran.

Te quiero. Con todo y con nada.
A pesar de las adversidades y gracias a ellas.

CON M DE MAMÁ y T de Tú, yo y las adversidades

5 comentarios:

  1. Hola guapísima,

    Siempre he admirado tu coraje y tu espíritu positivo y alegre frente a cualquier adversidad. Intuyo que alguna jodida adversidad se ha vuelto a cruzar en vuestras vidas y como yo no soy tan educada pues que la voy a mandar a la mierda con tu permiso.

    Mucho ánimo, mucha fuerza, muchos besos

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    1. Jo Bego, mil gracias por tus palabras :)
      Eres un amor.
      Te mando un súper abrazo ;)

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  2. a todo lo que has dicho yo le añadiría que esas adversidades incluso nos hacen más fuertes

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    1. Por supuestísimo!
      Y nos hacen ser equipazo total
      Un besazo guapísima!

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  3. Lo podrás expresar más alto, pero no más claro. Cuatro besazos.

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Estaré encantada de que opines, te expreses, me cuentes cosas y, en definitiva, de que nos comuniquemos ;) ¿Te animas a hacerlo?