Las partes del todo

2 de agosto de 2015

La vuelta al cole

Pichu pasa a primaria.
¡PICHU PASA A PRIMARIAAAA!
No, el tono de histeria no es porque piense que primaria sea un horror, sino porque mi pequeña está empezando a dejar de serlo.
Recuerdo su primera mirada, su primer día sin mí y con su tío B, su primer día de guarde, su primer día en su segunda escuela infantil, su primer día de cole de mayores... Lo recuerdo todo como si acabara de ocurrir, y sin embargo son momentos a lo largo de casi 6 años.
El tiempo pasa inexorablemente y, aunque da miedo la fugacidad de sus segundos y su velocidad, en esta casa somos de disfrutar cada nueva etapa como un regalo.
Pichu pasa a primaria y aquí en casa se respira ilusión. (Bueno, se respira ilusión si descontamos los ratos en los que me acuerdo de que tendré que forrar tropecientos libros y marcar absolutamente todo con su nombre y demás). Pero sí, se respira ilusión porque ella es la primera que está emocionada. Pasa ratos cotilleando sus libros, preguntando cómo son las clases, queriendo saber sobre la marcha del día a día, soñando con su mochila de mayor, su estuche nuevo lleno de colores y rotus que huelen a "comienzo"...
La verdad, a mí no extraña que sea así porque yo me recuerdo igual. Recuerdo la ilusión por la novedad cada verano, los nervios por el cambio, la emoción de libros llenos de cosas chulas que aprender, el olor a goma y lápices nuevos... A mí me encantaba el cole, con sus deberes y todo, sí. Y eso que puedo prometer que tenía deberes para parar un tren o dos. Pero eso no me amargaba, porque en casa no se amargaban tampoco con ello. Era algo normal, cero traumático, porque aprendíamos a distribuir el tiempo y había momentos para todo. Yo fui niña y jugué, hice deberes, leí por placer, tuve alguna tarde dedicada a mi afición favorita (la música) y, de cuando en cuando, veía la tele. Vamos, lo normal, era niña.
Pichu es así. Tiene tiempo para todo y es feliz aprendiendo. Le encanta intentar superarse, por ella misma, sin competencia externa, por el mero hecho de la satisfacción personal. Por eso confío en que llegará donde quiera, aunque encuentre algún pedrusco en su camino. ¿Que si no tenemos miedo de que crezca y ya esté en primaria? Bueno, más que miedo, respeto, pero como en cada nueva etapa. Ilusión y nervios es la descripción perfecta. Y si ella está tan feliz con su paso a primaria, no seremos nosotros quienes nos carguemos el encanto con frases de adulto coñazo. Sí, de adulto coñazo que no deja que sea su hijo quien descubra las cosas por sí solo.
Muchas veces los padres son los reyes nos encargamos de amargar gratuitamente a nuestros pequeños sin darles oportunidad a descubrir por sí mismos las cosas. Y no, no me refiero a las frases tipo "te vas a caer", "si subes al árbol te harás daño" y bla bla bla (que también). Hablo de cosas que van más allá, de no dejarles disfrutar de los cambios y de implantar en sus cerebros y sus corazones el miedo a la novedad; y, en este caso, la novedad es: PRIMARIA.
Porque parece que cuando la vuelta al cole es para pasar a primaria, el mundo se para.
PRIMARIA no es más que otra etapa llena de momentos buenos y momentos menos buenos. Vamos, exactamente igual que INFANTIL. ¿La novedad? Los deberes y que habrá que estudiar. En nuestra mano y en la de los maestros que pasen por su vida, pero sobre todo en la nuestra porque somos quienes les acompañaremos durante toda su vida, está hacer que su motivación por aprender y querer saber lo que han de enseñarle en el cole vaya en aumento y no al contrario. Y si digo esto es porque no es ni la primera ni la segunda vez que escucho a niños decir que "primaria es un rollo, infantil mola más" porque así se lo han dicho sus padres. ¿Cómo? ¿De verdad pensamos que ante frases tan arrolladoras nuestros hijos van a desarrollar gusto por la escuela primaria? ¿Y queremos que  tengan ganas de querer luchar, de superarse y demás historias cuando las personas en quienes más confían les invitan a ir al colegio contándoles que es un horror? Pues hombre, muy muy bien no vamos.
El cole no es un rollo. NO lo es. La escuela es un lugar divertido a veces, y no tan divertido otras, cuando la asignatura que te toca no es tu preferida o cuando la maestra o maestro que tienes delante no es el que cuenta chistes. Pero aprender es divertido y compartir recreos, risas y secretos con tus compañeros y amigos también.
Ahora me saldréis con que si es el maestro quien ha de motivar y ese largo etcétera. De acuerdo, en parte, pero esto lo dejaremos para otro post, porque en éste hablo de nuestra labor de padres, que es independiente de lo que hagan quienes tenemos en frente.
Nuestros hijos, igual que nosotros, van a encontrarse con personas muy diferentes a lo largo de sus vidas, y con situaciones divertidas, mejores o peores también. Y es por eso que tenemos que enseñarles a gestionar sus emociones y sus miedos para que superen cualquier contratiempo que se les ponga por delante, incluso si se trata de una ficha de matemáticas. ¿Pero cómo, si da la casualidad de que mi hijo no es brillante con los números? Fácil, enseñándole a que eso puede ser lo normal, a que cada uno tiene unas habilidades y, sobre todo, a saber pedir ayuda tanto en el colegio como en casa. Porque superar un contratiempo no es conseguir siempre la medalla, sino precisamente saber reponerse de la caída y seguir intentándolo. SI DEMOSTRAMOS A NUESTROS HIJOS QUE CREEMOS EN ELLOS Y LOS DEJAMOS SOÑAR, ELLOS TAMBIÉN CREERÁN EN ELLOS MISMOS Y SE ATREVERÁN A SEGUIR SOÑANDO, LLEGANDO A VOLAR.
Si mentalizamos a nuestros hijos de que el paso a primaria es emocionante, o mejor dicho, si no interferimos en su interés natural, veremos que sus ganas de avanzar son innatas y que sus miedos no existen a no ser que nos oigan a nosotros murmurar sobre ellos.
Nosotros confiamos en Pichu, y es por eso que la dejamos volar. Vendrán días de pelea cuando no quiera hacer alguna ficha, le cueste sentarse a estudiar, cuando nos diga "tú no sabes explicarlo" o cuando falle en los exámenes, porque llegarán seguro. Para entonces, si las cosas no cambian, espero que tanto ella como nosotros tengamos la conciencia tranquila sabiendo que lo hemos dado todo, que ella se ha esforzado al máximo (aún cuando ese máximo para ella sea un suficiente pelado) y que seguimos apoyando cada nuevo paso que da, avivando su ilusión y respetando su derecho a lo nuevo.
 
PRIMARIA MOLA, papis y mamis del mundo. LA VUELTA AL COLE HA DE SER EMOCIONANTE. APRENDER ES DIVERTIDO. LA ESCUELA ES UN BUEN SITIO PARA CRECER. No pequemos pues de adultos amargados y resabiados y dejemos de inundar sus cabecitas de mensajes en negativo mientras volcamos nuestros propios miedos a no saber acompañarlos en su ilusión inocente.
Y por último, pero no por ello menos importante, no podemos olvidar que CADA NIÑO ES UN MUNDO, y por ello MADURA EN UN MOMENTO  DETERMINADO Y TIENE UN RITMO DE APRENDIZAJE Y UNOS INTERESES. Por tanto, nuestros hijos no serán ni mejores ni peores, sino simplemente ÚNICOS. Si tenemos esto en cuenta, nos agobiaremos mucho menos, los entenderemos mucho más y podremos ayudarles siempre que lo necesiten. Precisamente porque no son ni iguales entre sí ni al resto, y mucho menos perfectos; SON ESPECIALES.
 
Así pues, hagamos que LA VUELTA AL COLE SEA UNA AVENTURA DIVERTIDA y repitamos este mantra tantas veces al día como necesitemos: PRIMARIA MOLA, PRIMARIA MOLA, PRIMARIA MOLA MIL.
 
Colorida ilustración vectorial de un árbol con útiles escolares Foto de archivo - 21548732
 
 
CON M DE MAMÁ y P de PRIMARIA.

3 comentarios:

  1. Mi hija empieza también primaria el mes que viene y estoy completamente de acuerdo contigo. Ella está ilusionada, de hecho ha pasado todo P5 deseando ir ya a primaria. A mí el cambio me apetece menos (porque me da pena que crezca tan rápido pero a la vez me ilusiona verla empezar nuevas etapas y afrontando nuevos retos) pero me guardo mucho de decírselo a ella ;)

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  2. Así se habla Noni, te lo dice, como sabes, una maestra y también madre. Mis hijos ya dejaron muy atrás su paso a Primaria, y su madre, (yo), siempre ha sabido la importancia que tiene estar siempre ahí pero dejándoles volar, experimentar y crecer. Pero como maestra no estoy tan lejos, este curso mi grupo hará su últlmo curso de infantil. Será mi segunda promoción completa. La primera ya sabes dónde fue... Besos gran mamá y maestra.

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  3. Mi mayor (que ya sabes como es) va a pasar a tercero!!!! Y sigue igual de contento con la vuelta como cuando empezó 1º. Es veerdad que durante el curso hay momentos durs, muy duros, pero tmb momnentos muy buenos, y aunque nosotros tenenmois nuestra responsabilidad, hay que reconocer que esos buenos momentos son gracias al profesor. Y yo puedo gritar que durante los dos cursos de primaria mi hijo tuvo unas grandes maestras, que supieron motivar cuando las fuerzas fallaban.
    Este curso aun desconocemos al maestr@, por ello los nervios son mayores. Espero que este a la altura de sus antecesoras. Ya queda poco. Besos.Nos vemos en breve.

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